Una noche estrellada con una luna enorme que refleja un camino sobre el mar o una mañana de nubes grises agujereadas por los rayos de sol. Esperanzada.
Estiro mi mano para coger de la nevera unos yogures. Miro la fecha de caducidad: 25 02 19 y suelto un pequeño suspiro; el cuerpo se me encoge, meto los yogures en la cesta y sigo buscando el resto de la compra. Resignada.
Realizando trámites cotidianos. Me toca rellenar formularios. La típica pregunta de ¿número de hijos? Pues yo te incluyo entre mi número de hijos pero, claro, tú no interesas, no cuentas para nadie más que para mí. Contrariada.
Dos hermanos jugando con mucha complicidad: el chico mayor protege y enseña y el pequeño, aprende y admira. Les observo e inevitablemente pienso en cómo le haces falta a tu hermano. Entristecida.