Cesárea electiva: una moda insana
Con motivo de estas fechas navideñas, que cada año hacen aumentar de forma significativa las inducciones y cesáreas hoy nos gustaría compartir con vosotros un texto sobre las cesáreas electivas o programadas sin justificación médica.
Por Candy Tejera
Cada vez es más frecuente que las mujeres elijan una cesárea para dar a luz aún sin haber ningún motivo médico que justifique dicha intervención. Estos son algunos de los argumentos que utilizan para justificar tal decisión:
- Con una cesárea evitas la episiotomía. La solución para evitar la episiotomía no es cambiar la cicatriz de sitio, sino procurar que no sea necesario cortar en ninguna parte, para lo cual es fundamental una actitud de respeto por la integridad de nuestros órganos sexuales y favorecer las diferentes posturas que la madre quiera y necesite adoptar en la dilatación y el expulsivo, sin prisas ni intervenciones innecesarias, lo que minimizará los desgarros y sus consecuencias negativas.
- Te ahorras los dolores de un parto. Efectivamente, la propia operación no duele, ya que hoy en día se trabaja con anestesia. Pero resulta curioso que no se tengan en cuenta los dolores y problemas físicos del posparto (efectos secundarios de la anestesia como migrañas, curación de la cicatriz, dolores al levantarse, etc.)
- Con una cesárea no te dañas el suelo pélvico. Pero los genitales femeninos están preparados para dar a luz, no se deforman por el estiramiento y al cabo de poco tiempo tras el parto, el periné recupera su tono. Existen además ejercicios para ayudar a que todo vuelva a su lugar más rápido.
- El bebé nace más fácilmente, sin pasar por la vagina. Suele decirse que los niños nacidos por cesárea, salen más guapos y con la cabeza menos apepinada. Sin embargo ese “apepinamiento” es necesario para ajustarse a la pelvis y no daña al bebe, por eso nace con el cráneo sin soldar, esa es su función, y tras el parto el cráneo sigue desarrollándose y adoptando una forma más redondeada. Lo importante no es tanto la apariencia exterior del bebé, sino su estado de salud real. Pasar por el canal del parto ejerce un efecto de estrujamiento de los pulmones que ayuda a los bebes a expulsar el liquido amniótico que han ingerido o aspirado. Precisamente uno de los mayores problemas de la cesárea y mas de la cesárea programada, porque no ha habido trabajo de parto, es que muchos bebes no expulsan adecuadamente ese líquido y presentan problemas respiratorios requiriéndose su ingreso en UCI.
Que las cesáreas electivas sean cada vez más frecuentes, y que sean la elección de algunas famosas, no las hace buenas ni normales. Un buen parto vaginal es la forma más saludable de parir y nacer. Y es de cajón, pues si la naturaleza ha determinado que el canal del parto sea el vaginal, por algo será. El parto vaginal presenta numerosas ventajas frente a la cesárea tanto para la madre como para el bebé, pero para algunas mujeres pesan más la desinformación, los falsos mitos y el miedo que toda la evidencia científica al respecto.
El único caso que se me ocurre, en que podría tener sentido elegir voluntariamente una cesárea es precisamente aquel en el que se tenga un miedo exagerado al parto por una experiencia traumática anterior; especialmente haber sufrido abusos sexuales. En ese caso sí existe un “motivo médico” para recomendar la cesárea: antecedentes de violencia sexual, sobre todo en la infancia, pueden poner en peligro el desarrollo del parto. El miedo haría que el cuerpo de la mujer produjese adrenalina y ésta impediría la producción de oxitocina y por tanto las contracciones podrían no existir o ser insuficientes para que el parto llegase a buen puerto.
Pero no solo el miedo paraliza el propio proceso, sino aquellas acciones dentro de la atención sanitaria del parto como el desnudar a la mujer y la realización de tactos vaginales que pueden hacer revivir traumas. En ese caso la cesárea sería indicación.
Muchas mujeres tienen miedo al parto en mayor o menor medida. Esto es algo relativamente normal, que se convierte en patológico cuando el miedo es tan grande, que lleva a la mujer a preferir someterse a una operación de cirugía mayor antes que experimentar un parto normal. Todos deberíamos reflexionar sobre lo que ha ocurrido y lo que está ocurriendo para que precisamente en la era de la ciencia y la tecnología, en que disponemos de mucho saber para solucionar problemas y hacer los nacimientos más seguros, las mujeres le temamos tanto a un proceso fisiológico para el que estamos preparadas, y que nuestras ancestras han experimentado con naturalidad durante toda la historia dela humanidad. Elsistema sanitario debería trabajar para evitar y solucionar estos miedos, antes que facilitar la cesárea a todo aquel que la pida, pues la cesárea eliminaría el síntoma pero no curaría la enfermedad.
Luego está quien simplemente quiere una cesárea por comodidad, para acomodar el nacimiento de su hijo en su apretada agenda o algo por el estilo. Esta es una decisión que no debería tomarse a la ligera con tanta frivolidad. Creo sinceramente que, parto vaginal y por cesárea no son formas de parir intercambiables, entre las que se pueda elegir como quien se plantea la disyuntiva entre comer carne o pescado o ir de vacaciones a la playa o a la montaña.
Probablemente alguien aparezca enarbolando la bandera de la libertad y diga que hay que respetar todas las opciones. A estas personas les preguntaría: ¿alguien está teniendo en cuenta lo que quiere el bebé? Porque si los bebés pudiesen hablar y alguien les preguntase, seguro que contestarían que prefieren mil veces un nacimiento natural en el momento que ellos están listos para nacer antes que uno artificial y programado. El bebé por desgracia no puede elegir y su opinión por tanto puede no estar siendo respetada. Por otro lado, me indigna el doble rasero que existe cuando se habla de la libertad de elección, pues no se respeta igual a quien pide una cesárea que al que quiere un parto lo más natural posible, cuando probablemente la elección del parto natural sea fruto de una decisión basada en una mayor y mejor información que la que ha llevado a decantarse por la operación quirúrgica. Las cesáreas se programan con mucha facilidad, sin embargo conseguir un parto vaginal respetado a veces es, prácticamente una misión imposible.