Malestar durante el primer trimestre y como aliviarlo

Cuando se retrasa la menstruación, la mujer suele encontrarse con un sentimiento de incertidumbre. Quizás los síntomas que experimenta le hagan pensar que está a punto de llegar la menstruación porque es una sensación muy parecida al síndrome premenstrual: se siente cansada, con los pechos doloridos y las típicas molestias en el bajo vientre. Como la amenorrea (falta de menstruación) es el primer síntoma de embarazo, es conveniente esperar a la fecha en que debería llegar la menstruación para confirmarlo.

Una vez se confirma el embarazo puede haber sentimientos simultáneos de alegría, emoción, miedo o incertidumbre. Cuanto antes tomemos conciencia de que el embarazo es real, antes podremos comenzar a cuidarnos y a vincularnos con ese bebé que se desarrolla en nuestro seno.

El primer trimestre es una noria de sentimientos y emociones, subidas y bajadas de hormonas. Se producen cambios físicos y psíquicos que se nos harán más llevaderaos con buena información. Hay tantas formas de vivir el embarazo como mujeres existen. No todas las mujeres tenemos las mismas molestias, ni las vivimos con la misma intensidad. Las molestias más frecuentes son: aumento de salivación, sensación de hinchazón, sensibilidad olfativa, sangrado de encías, estreñimiento, acidez, apetito desmesurado o falta de apetito, gases, aumento de sudoración, cansancio y sueño, dolor mamario, naúseas, micción frecuente, congestión nasal, mareos y dolores de cabeza.

A continuación detallamos las molestias más comunes durante el primer trimestre. Pueden darse una, varias, o ninguna de ellas.

Cansancio

Debido al aumento del volumen sanguíneo, el corazón y los órganos involucrados en la creación del nuevo ser trabajan para formar la placenta y los órganos principales del bebé, lo que conlleva un gasto mayor de energía. Durante esta etapa lo recomendable es dormir 8 horas por la noche y una siesta durante el día. Hay mujeres que se sienten más cómodas con una almohada entre las piernas cuando están recostadas. Llevar una dieta equilibrada, cubrir las carencias del organismo, si las hubiera, y algo de ejercicio físico adaptado pueden contribuir a aliviar la fatiga. Este cansancio puede acentuarse si no se tiene un ambiente limpio en casa y en el trabajo, una iluminación adecuada, buena ventilación y un entorno sin demasiado ruido.

Dolor en las mamas

La hinchazón y el dolor en las mamas se debe a que las glándulas mamarias, por efecto del estrógeno y progesterona, se preparan desde el primer día para proporcionar alimento al nuevo ser que se está gestando. Hay quien experimenta estos cambios con tal intensidad, que el mero roce de la ropa le molesta. La areola puede pigmentarse tornándose más oscura y podría cubrirse de pequeños granitos, los Tubérculos de Montgomery, glándulas que secretan una sustancia que protege el pezón y areola de elementos bacterianos. En algunas mujeres puede verse una red de líneas azuladas (Red de Haller), que se debe al aumento del flujo sanguíneo hacia las mamas. Un buen sujetados que permita la libertad de movimientos, sin costuras molestas pero que sujete bien el pecho ayudará a sobrellevar estas molestias.

Nauseas

Es el malestar más típico y reconocido durante esta etapa, aunque no todas las mujeres la sufren con la misma intensidad. Algunas no las sienten en absoluto, otras apenas se sienten mareadas y otras llegan a vomitar varias veces al día. Suelen ser nauseas matutinas, aunque se pueden presentar a cualquier hora del día, con la sensación de tener el estómago revuelto. La forma más grave de nauseas y vómitos se denomina “hiperémesis gravídica” y debe llevar un seguimiento médico.

Los causantes de las nauseas son varios: la rápida elevación de la hormona del embarazo (Hgc), la hormona luteinizante, el estrógeno, el estiramiento del útero y la relajación de los músculos del tracto digestivo. En la mayoría de los casos estos síntomas tienden a desaparecer a final de primer trimestre o principios del segundo.

Para aliviar las nauseas es importante beber mucho líquido, repartir las comidas en pequeños tentempiés, evitando estar muchas horas sin comer nada. Tener a mano unas galletitas es un remedio que a muchas mujeres les funciona, porque ayudan a mantener los niveles de azúcar en sangre. Comer algo antes de levantarse, tomar algo ligero antes de ir a dormir, descansar bien, evitar los alimentos con alto contenido en grasas y las comidas copiosas, nos ayudará a aliviar la sensación de estómago revuelto, y estaremos beneficiando nuestro cuerpo y el de nuestro bebé.

Nauseas y vómitos

Durante el primer trimestre es muy probable que sientas las famosas nauseas e incluso que vomites. Se cree que son las hormonas placentarias (gonadotropina coriónica humana y progesterona) las mayores responsables de estos molestos síntomas. Tu cuerpo está reaccionando a muchos cambios y tu aparato digestivo se vuelve más lento, además tu olfato se ha vuelto más sensible y descubre una gama de olores que pueden resultar molestos. Por lo general, estos síntomas suelen desaparecer pasado el primer trimestre aunque en algunas mujeres perduran durante el segundo y tercer trimestre. La sabiduría popular dice que ayuda el comer poca cantidad varias veces al día, escuchando lo que el cuerpo te pida en cada momento.

Un miedo muy común en aquellas mujeres que vomitan en estos primeros meses es el saber si le están pasando nutrientes suficientes a sus bebés. Numerosos estudios demuestran que madres con estos síntomas, paren hijos igual de sanos y con pesos semejantes a las que no los padecen o lo hacen en menor grado.

“Durante casi tres meses sentí nauseas por la mañana, pero se me pasaban cuando desayunaba. Lo peor era que de pronto había alimentos que no los quería ni ver, y otros que me sentaban mal. Cuando me paré a escuchar lo que me pedía el cuerpo, mejoré muchísimo.”

“Lo vomitaba todo. Absolutamente todo. Me preocupaba no estar pasándole nutrientes a mi bebé, pues todos se iban por el desagüe, pero mi matrona me explicó que el cuerpo es sabio y acumula lo necesario para el bebé

Sensación de hinchazón

Esta sensación de no poder meterse en los pantalones que hasta hace unas semanas nos valían no es todavía por el tamaño del bebé; se debe al estiramiento de los músculos del útero y la consiguiente congestión. No todas las mujeres la sufren, pero si es el caso, se debe evitar la ropa ceñida o ajustada.

Micción frecuente

El crecimiento del útero comenzará a presionar la vejiga, y eso hará que la embarazada tenga que orinar más frecuentemente. El aumento de fluidos corporales y el incremento de actividad del riñón ayudarán a que el cuerpo elimine los desechos fácilmente. Esta presión se aliviará durante el segundo trimestre, una vez que el útero vaya creciendo y la vejiga se acomode, y volverá a lo largo del tercer trimestre, cuando sea el bebé quien presione la vejiga.

Congestión nasal

Hacia el segundo mes de embarazo se puede tener la sensación de estar constipada sin estarlo, moqueo continuo, tos y estornudos. Se debe a la llamada “rinitis del embarazo”, provocada por la dilatación de los vasos sanguíneos y el aumento de estrógeno, que produce más mucosidad. No es peligroso, pero puede ser molesto. Los tratamientos para la rinitis son: sales salinas, antihistamínicos y algunos descongestivos.

Mareos y Dolor de cabeza

Los mareos suelen producirse por una bajada de la tensión arterial, derivada del aumento de la circulación sanguínea que conlleva el proceso fisiológico del embarazo. Tumbarse con las piernas en alto o sentarse con la cabeza entre las piernas para favorecer el riego sanguíneo, aumentar la ingesta de líquidos, aspirar un poco de aire fresco y evitar los movimientos bruscos puede aliviar estos síntomas.

Los dolores de cabeza se producen por la bajada de glucosa en sangre. Para aliviarlos, es recomendable comer varias veces al día y andar o hacer un poco de ejercicio para favorecer la circulación. Si los dolores son muy intensos o persisten debe consultarlo con su médico. Si los síntomas persisten o son muy acusados debería consultarlo con su médico.

Bibliografía

  • “Embarazo Seguro”, Beatrijs Sumlders, Mariël Croon. Editorial Medici
  • “El gran libro del embarazo y el parto”, Sheila Kitzinger. Editorial Medici
  • “Embarazo y Parto para torpes. Todo lo que debes saber” Emilio Santos. Editorial Oberon