Acidez de estómago

La acidez de estómago es muy común en el embarazo, afectando hasta al 80% de las embarazadas. Aparece frecuentemente a partir del segundo trimestre, generalmente por el crecimiento del útero y desaparece tras el parto. Tiene dos causas básicas: 1. El alto nivel de progesterona y otras hormonas son las responsables de la relajación de la válvula o esfínter que separa el esófago y el estómago. Esto permite que refluyan hacia arriba los ácidos que causan la sensación de acidez. También provoca que las digestiones sean más lentas. Por eso la acidez puede comenzar desde el primer trimestre. 2. Hacia el tercer trimestre, el útero al crecer ejerce una presión en el estómago elevándolo hacia arriba y favoreciendo que los ácidos lleguen también con más facilidad al esófago. Los siguientes consejos pueden ayudar a aliviar las molestias de la acidez: · Realizar comidas frecuentes cada 2 ó 3 horas y ligeras, masticando despacio para saborear los alimentos, un estómago demasiado lleno, al igual que un estómago vacío por completo, favorecen la acidez. · · Evitar alimentos que provoquen acidez como los fritos, picantes, bebidas gaseosas, pastas, dulces, chocolate, cafeína y teína...etc. sobre todo por las noches. Es importante que nos observemos para descubrir qué alimentos nos producen más acidez. Los alimentos ricos en grasas pueden aumentar la acidez, sin embargo una cucharada de aceite de oliva crudo parece disminuirla, éste puede ser también un buen remedio para el estreñimiento, tan frecuente también en las últimas fases del embarazo. · · Beber abundante agua entre comidas. Ingerir un vaso de agua cuando sintamos acidez. · · Evitar acostarse justo después de las comidas, dejando que transcurra al menos 1 hora. · · Colocar varias almohadas para dormir con la cabeza y el tronco un poco elevados, para evitar que el estómago y el esófago queden al mismo nivel. · · Si aun así la acidez se hace insoportable, se puede consultar con un médico para que nos prescriba un antiácido, como son cimetidina, omeprazol y ranitidina. Los estudios realizados con estos tres fármacos no han encontrado ninguna correlación entre el uso de alguno de ellos y posibles malformaciones, retraso en el crecimiento fetal o parto prematuro. La FDA (Food and Drug Administration) califica los fármacos de la siguiente manera: o Sin riesgo aparente (muy seguros): ranitidina y cimetidina o de riesgo no detectable (no se descarta la existencia de riesgo): omeprazol. Bibliografía: · Los consejos de tu matrona – 2ª edición. Editorial: Asociación española de matronas. · Embarazo y parto para torpes. Todo lo que necesitas saber. Emilio Santos Leal. Ediciones Anaya multimedia. 2011 · Fármacos y embarazo. Publicación del Servicio Navarro de Salud.