Se acerca el momento

¡Ya no puedo más!

En la recta final del embarazo, a la ilusión por tener ya a nuestro hijo en brazos, se une que muchas nos sentimos pesadas y cansadas y por tanto deseamos que la etapa del embarazo acabe y se desencadene pronto el parto. Aquí puedes leer algunas cosas interesantes que puedes llegar a experimentar entre la semana 37 y la 40.

Si bien el bebé podría nacer a partir de la 37 sin ser considerado prematuro, no es cierto que esas últimas semanas en nuestro útero sean prescindibles. Es a partir de entonces cuando se produce la maduración de los pulmones que le permitirá respirar por si solo, y adelantando el parto, estaríamos obligando a nacer a nuestro hijo/a antes de que esté preparado/a, pudiendo ocasionarle problemas de salud, fundamentalmente dificultades respiratorias. El niño elige su fecha de nacimiento, es decir, cuándo está listo y maduro para venir al mundo.

La presión del entorno

A nuestra impaciencia puede sumarse también la de nuestro entorno, tanto familiar como médico, que muestran y nos transmiten su nerviosismo ante la llegada del bebé, sobre todo, si sobrepasamos la llamada fecha probable de parto o FFP.

En cuánto a la familia, una buena táctica que se puede seguir para evitar el agobio que puede suponernos su continuo interés por conocer el momento exacto en que se producirá el feliz acontecimiento, es no ser muy precisos en cuánto a las fechas, dejándonos un margen amplio de dos semanas o más, que nos garantice poder dar a luz cuando toque, sin que nadie se preocupe porque el parto se “retrase” y no tenga lugar en una fecha fija predeterminada.

En cuánto al entorno sanitario, a pesar de que un embarazo normal a término puede durar hasta 42 semanas o más, es habitual- especialmente en la sanidad privada- que una vez superada la FPP, te sugieran provocar o inducir el parto aduciendo diferentes motivos. Pero lo importante no es tanto en que semana estés, como que tú, tu niño y la placenta os encontréis bien. Si no hay ningún signo que evidencie la existencia de un problema, el embarazo puede continuar su curso hasta que el parto se desencadene de manera espontánea.