Equipo Blog
12 Jul 2010
  •  
8 comentarios

Reclamando: parecidos razonables

Por Candy Tejera

Le molesta una muela. Desde hace tiempo. Sabe que tendrá que ir finalmente al dentista, pero le da pereza. A la gente no le suele gustar ir al médico y mucho menos al dentista. Ella nunca ha ido, pero por lo que cuentan parece que no es muy agradable. Por eso trata de “ignorar” lo que le pasa. Deja pasar el tiempo hasta que no le quede más remedio que ir.

Un día, por la mañana, de repente lo sabe. Llegó el gran momento. Tiene que ir a consulta. No sabe qué le harán, pero seguro que es “por su bien”.

Nada más llegar, una chica en recepción le pide sus datos. Ella está dolorida pero, como puede, se los da. La chica no es muy amable. Le regaña por no haber ido antes; prácticamente la tilda de “guarra” por no haber tenido, según ella, una higiene dental adecuada. Nuestra protagonista se siente culpable. El dolor en su boca aumenta.

Le hacen pasar a consulta. El dentista no se presenta, ni siquiera le saluda. Con un gesto le “manda” sentarse en la silla. Le abre la boca a la fuerza. Ella asustada piensa que no estaría de más que la explicase lo que pretende hacer, pues en definitiva es de “su” boca de lo que se trata. El dolor es ya casi inaguantable, pero por suerte, le ponen una inyección de anestesia.

El dentista se pone a rebuscar entre su material, coge un instrumento y con un movimiento rápido le “extrae” la muela. Parece que la anestesia no había surtido efecto todavía, porque sintió toda la operación. “No ha sido para tanto” piensa. Se siente afortunada por salir de allí “rápidamente”.

Luego en su casa, cuando elimina totalmente la anestesia, se siente a morir. Tiene infección. Le toca tomar antibióticos. La recuperación es lenta. Sufre. Investiga y se entera de que en “otros sitios” hacen algo que se llama “endodoncia”, que le hubiera permitido conservar su pieza dental. Se siente estafada. Descubre que probablemente tenía infección y es muy peligroso extraer una muela en esas condiciones. Toma consciencia de que el doctor tenía que haber “esperado” un poco más a que hiciese efecto la anestesia antes de extraer. Se indigna porque una desconocida investida de no se sabe qué autoridad le haya “infantilizado” y tratado con tan poco “respeto” en un momento en el que ella se encontraba mal y no estaba en disposición de contestarle como merecía. Siente que no ha sido bien tratada. Y por todo eso demanda. Porque está convencida de que esos profesionales no hicieron bien su trabajo en esa ocasión poniendo en peligro su salud. Probablemente tú en su situación también reclamarías.

Muchas parturientas pasan por situaciones similares a ésta en el hospital, con la diferencia fundamental de que ellas no están enfermas, sólo van a parir.

Y como en cualquier otro lugar: comercio, administración, restaurante… tenemos derecho a quejarnos cuando el servicio que nos prestan no es el adecuado. Si vemos que nos tratan bruscamente, no nos informan, nos atienden con prisas,… en definitiva si nos sentimos maltratadas. Porque si tras el parto nos sentimos mal, probablemente es porque no hemos sido bien atendidas. Porque no en todos los sitios se hacen las cosas de la misma manera pero nuestros hijos y nosotras merecemos la mejor atención. Porque para lograr ser madres no tenemos que pagar ningún peaje, no es necesario sufrir ni durante ni tras el parto.

sara (unverified)
13 Jul 2010
Pero es que reclamar un servicio de salud, uf, no sé, a mí me cuesta mucho pensar que se han hecho las cosas mal, y más aun que ha sido a propósito. Por eso me cuesta mucho reclamar a un hospital, que lo que hace es ayudarnos cuando estamos enfermos, que trabaja con la salud nuestra y de nuestros hijos. Tengo un cuñado que trabaja en un hospital de una ciudad pequeña, y siempre nos cuenta unas cosas muy duras acerca de su trabajo, de cómo se salvan vidas, de lo importante que es ser rápido en un momento determinado, etc. Tambien a veces nos cuenta que los médicos están tomándose un café tranquilamente mientras a los familiares se les dice que el enfermo va a quirófano de urgencia, y eso me gusta menos, pero de todo tiene que haber.
Lide (unverified)
13 Jul 2010
¡Qué buena comparación! Me ha gustado mucho, gracias.
mpc (unverified)
13 Jul 2010
Somos usuarias, como en cualquier servicio público, tenemos que acostumbrarnos a dar nuestra opinión como usuarios.
Miranda (unverified)
13 Jul 2010
Creo que depende mucho de cómo se dicen las cosas. No es lo mismo quejarse de mala educación que escribir una reclamación educada, intentando que sea una crítica constructiva sin ofender. Pero las cosas las hay que decir. Yo después de mi primer parto he puesto una reclamación, y además he escrito una carta a las pediatras que han atendido a mi bebé y se las entregué personalmente en mano. Creo que hay que decir las cosas cuando se hacen mal, sobre todo porque hay mucho sufrimiento detrás de algunas decisiones que se van tomando sobre nuestros cuerpos y nuestros bebés sin nin siquiera pedirnos consentimiento. Perdonadme la comparación, pero estoy convencido que un hombre no dejaría que un médico se le acerca a sus genitales con un bisturí o unas tijeras sin saber lo que va a pasar y porque. Esta es la realidad.
Anabel (unverified)
13 Jul 2010
Sara, te quiero contar que yo fui al hospital con muchisima educación y tranquilidad, iba a un hospital, ¿de que mi iba a tener que preocupar?. No fue educación lo que me encontré, no fue gente que me ayudase, lo último que les importaba era yo o mi hija. De lo que tu dices se aprovechan, de la confianza que depositamos en ellos, de la creencia generalizada de que solo nos vamos a encontrar buenas personas. Los protocolos no están pensados para benefiarnos, te lo puedo asegurar. Existe demasiada información para que sigamos creyendo que lo que hacen es porque ellos creen que es lo mejor para nosotras. Reclamemos, si, ellos también se ceban en las personas que ponen reclamaciones, y la realidad dicho por gente que trabajan en la sanidad es que de esas reclamaciones, los profesionales se rien de ellas (lo digo suavemente realmente ellos utilizan otra expresión), pero yo creo que no se puede admitir todo, que no podemos callarnos la boca. Quiero creer que tal vez un día esas reclamaciones lleguen a alguien que tenga ética y que mueva los hilos necesarios para obligar a que las mujeres tengamos una asistencia digna y respetuosa. Yo tengo una hija, jamás permitiré que pase por lo que yo pasé, la llevaré a Inglaterra si es necesario. Te diré que hace unos meses fui al pediatra de mi hija para que me recomendase un especialista para la niña. Me recomendo una persona y me dio dos razones, te digo parabras textuales. "Se lo recomiendo primero porque es una buena persona y considero que esto es muy importante y segundo porqué creo que es un buen profesional". Desgraciadamente Sara no todos los profesionales son buenas personas.
Gabriella Aviva (unverified)
14 Jul 2010
Si seguimos perpetuando la cultura de la delega (de nuestra salud bio-psico-social en los profesionales "que nos salvan" - o no), sin conocer nuestros derechos como usuarias, sin considerar nuestro derecho de elección, sin hacernos cargo de nuestro proceso de sanación (si es que estamos enfermas!?), si seguimos en una actitud pasiva, infantil y de espectadoras de nuestro proceso sin asumir nuestra parte de responsabilidad...deponemos el poder en el otro. Se seguirá haciendo entonces con nuestros cuerpos lo que "el otro (buenamente) pueda", en ocasiones sin mucha consideración por la persona que hay detrás de este cuerpo (enfermo). Si los médicos "nos hacen parir bien" lo habrán logrado y si "no pudimos parir" seremos nosotras quienes no lo hemos logrado, a pesar de que ellos si sepan "hacernos parir" y hayan hecho "todo lo posible". Cuando las mujeres adultas lograremos asumir nuestra parte de responsabilidad en los procesos, nos empoderaremos y estaremos preparadas para una relación de co-responsabilidad con los profesionales de la salud, en una relación horizontal, de tu a tu. En este caso los profesionales también tendrán que responsabilizarse de su parte, que no solo prevé la aportación de conocimiento técnicos, sino también de habilidades sociales y de comunicación a parte del respeto de su propio códico deontológico ante cualquier protocolo. La responsabilidad del profesional incluye también hacerse cargo de su formación contínua, tanto a nivel profesional como personal. Hace un mes estuve dando un curso a profesionales de la salud y administrativos y salió en varias ocasiones el tema de las "reclamaciones", de las "buenas prácticas", del "respeto hacia el usuario". Los profesionales sentados en la sala estaban igual de frustrados frente a este tema que muchas usuarias! La coordinadora del Servicio de Atención al Usuario está soñando (!) con que POR FIN los usuarios se quejen POR ESCRITO para que las quejas no se pierdan en el aire y por fin se pueda cambiar la calidad de la atención (lo cual intuyo será un proceso largo)... Para sentirse en el derecho de reclamar cuando nos sentimos mal-tratadas por la institución quizá sea necesaria una reflexión profunda tanto a nivel individual como social acerca de constructos como los miedos, la relación con la autoridad, el poder vs abuso de poder en una sociedad que aún no elaboró las heridas de una dictatura reciente. Pienso.
Paula (unverified)
16 Jul 2010
Muy buena comparación... Sólo quisiera dejar aqui un pensamiento/un hecho: - Si además de rellenar hojas de reclamación cuando los profesionales/hospitales/centros de Salud actúan mal, rellenasemos cartas de agradecimiento cuando hacen bien las cosas... otro gallo cantaría, creo yo. Hay que reclamar, está claro, son nuestros derechos, pero creo que una carta de agradecimiento (te proporcionan el papelito en el mismo centro... yo lo hice y me miraron como un bicho raro...) hace mucho mucho bien. Cuando le llegue al coordinador de turno, se va a alegrar, la va a difundir, la van a colocar en el corcho... y a los demás profesionales les hará pensar... Saludos a todas, y os animo a reclamar y a agradecer!!
Ratita (unverified)
1 Ago 2015
Tanto dentistas (los peores, los ortodoncistas y los que hacen protesis) como los ginecoobstetras en general, cuando realizamos alguna pregunta, nos tratan con una descortesia descomunal, ellos son los unicos que saben y no dan explicaciones por nada. Ya tienen aprendido el guion para ante cualquier quejas tratarnos de guarras, a veces las caries no se deben a mala higiene, sobre todo cuando estamos embarazadas. Igual los obstetras, yo tenia vomitos tan intensos que toda mi salud estaba deteriorada, como estaba deshidratada por esta razon no podia obrar, y me salieron hemorroides, claro que yo sabia que era a causa de la deshidratacion y la medica con ocho meses y medio de embarazo (y una preclamsia galopante) me envio a una "nutricionista" conocida suya y encima se enojo porque le dije que imposible, que unos meses antes podia haber ido pero en ese estado no.