Ingreso hospitalario

En un pequeño porcentaje de casos, durante el postparto pueden darse situaciones que requieran el ingreso de la madre o el bebé o incluso de ambos.

Hospitalización materna

Entre los motivos más frecuentes de hospitalización materna se encuentran las patologías infecciosas y las hemorragias puerperales y, con menor incidencia, las alteraciones vasculares y psiquiátricas. Así mismo, es frecuente que tras la realización de una cesárea la madre sea ingresada en reanimación durante un tiempo variable para el seguimiento de su situación postquirúrgica.

En la mayoría de los casos es recomendable el ingreso conjunto de la madre con su bebé pues aporta múltiples beneficios para ambos, entre los que cabe destacar:

  • Propicia el establecimiento y mantenimiento de un vínculo fuerte entre la madre y el bebé
  • Favorece la instauración y continuación de la lactancia materna
  • Mejora el bienestar del recién nacido
  • Aumenta la autoestima y bienestar de la madre
  • Contribuye a la recuperación de la salud materna

A pesar de que la evidencia científica pone de manifiesto las contraindicaciones de la separación madre-bebé, en algunas unidades de hospitalización no tienen todavía interiorizada esta forma de atención y encuentran diversos y variados motivos para desaconsejar el ingreso conjunto. Algunos de los más comunes y que vale la pena desmontar son:

  • Si la madre presenta una infección se la transmitirá a su hijo. Más bien al contrario, la madre transfiere a su hijo a través de su leche las defensas necesarias para convivir con los patógenos de su entorno. El recién nacido estará más expuesto a las infecciones si se le retira la lactancia materna.
  • La madre no descansará lo suficiente y se recuperará peor. En general, la madre tiende a sentirse más nerviosa y preocupada ante la ausencia de su hijo que con su presencia. Además, con frecuencia se ponen en juego otros sentimientos como la culpa, la tristeza, la ansiedad o la frustración. En cualquier caso, la mujer debe contar con los apoyos familiares y profesionales necesarios para que la hospitalización conjunta no resulte una sobrecarga.

No todos los hospitales ofrecen la posibilidad de ingresar conjuntamente a la madre y al bebé. Infórmate de cuáles son las prácticas en tu hospital. Si no os permiten el ingreso conjunto puedes hacerles llegar un escrito con la petición de que cambien esas normas

Mención especial merece el caso de que la madre sea ingresada en una unidad de cuidados intensivos. Puesto que la presencia del bebé en estas unidades está generalmente prohibida, será conveniente disponer de personas de confianza, ya sean familiares o amigos, que suplan el papel de la madre durante los días de hospitalización de acuerdo a los deseos de esta (piel con piel, lactancia, etc.)

Hospitalización del recién nacido

Las causas más frecuentes de hospitalización en el recién nacido son la prematuridad, la ictericia neonatal, las cardiopatías congénitas y el bajo o alto peso al nacer.

En los bebés que presentan problemas o enfermedades es especialmente importante la no- separación de su madre. La evidencia científica ha demostrado sobradamente los beneficios del contacto piel con piel precoz y continuado para el recién nacido tanto sano como enfermo porque:

  • Mejora su desarrollo físico y emocional
  • Disminuye la morbilidad
  • Disminuye los problemas respiratorios
  • Disminuye el estrés del recién nacido
  • Favorece la instauración de la lactancia materna
  • Protege al recién nacido de los agentes patógenos de su entorno al obtener defensas a través de la leche materna.
  • Mejora su nivel nutricional
  • Evita complicaciones derivadas de la lactancia artificial

Por tanto, si el bebé requiere ser hospitalizado, la madre debería poder ingresar con él o, al menos, permanecer con su hijo las veinticuatro horas.

Es importante que consultemos en los hospitales de nuestra zona cuales son los criterios y normas respecto a la hospitalización conjunta, así como las normas de la unidad de cuidados intensivos neonatales que suelen ser más restrictivas en cuestión de horarios. De este modo podremos optar por el centro que más se ajuste a nuestros criterios. No obstante, si las normas de nuestro hospital no nos parecen las adecuadas, podemos hacer una petición formal para que las cambien.

En la «Carta Europea de los Derechos de las Niñas y Niños Hospitalizados» aprobada por el Parlamento Europeo el 16 de junio de 1986 se recogen entre otros los siguientes derechos:

  • El derecho del niño a estar acompañado de sus padres o de la persona que lo sustituya, el mayor tiempo posible durante su permanencia en el hospital no como espectadores pasivos, sino como elementos activos de la vida hospitalaria.
  • A no recibir tratamientos médicos inútiles y a no soportar sufrimientos físicos y morales que puedan evitarse.
  • El derecho y los medios de contactar con sus padres o la persona que los sustituya en momentos de tensión.

Cada vez hay más voces dentro y fuera de los centros hospitalarios, entre los padres y también entre los profesionales, que quieren hacer valer estos derechos de los niños. Por ello se han puesto en marcha varias propuestas, como la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN), lanzada por la OMS y UNICEF para animar a los hospitales, servicios de salud, y en particular las salas de maternidad a adoptar las prácticas que protejan, promuevan y apoyen la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento. Los centros sanitarios con certificación IHAN, también conocidos como “Hospitales Amigos de los Niños” (ahora el nombre de la iniciativa se amplio a "Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia") deben cumplir unos criterios entre los que se encuentra el alojamiento continuo, debiendo permitir que las madres y recién nacidos permanezcan juntos las 24 horas. Esta certificación puede resultarnos de utilidad a la hora de optar por un centro u otro.

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