¿Cómo superar el parto que no esperabas?

La mejor intervención para superar un parto traumático, sería siempre la prevención. Unos resultados obstétricosperinatales exitosos no deben justificar una experiencia traumática. Minimizar el dolor de la madre con expresiones del tipo “de qué te quejas si tienes un bebé sano”, no suelen ser de ayuda.

Sin embargo, hay cosas que se pueden hacer para superar el parto que no esperábamos: hablar, escribir sobre ello, tener el cuenta que no estamos solas, no culpabilizarse por lo ocurrido, buscar ayuda terapéutica profesional, escribir a los profesionales que atendieron el parto para comprender mejor lo ocurrido...

La asociación británica "Birth Trauma Association" recomienda a las mujeres que han vivido un parto trumático, además de lo expresado anteriormente, que cuiden su alimentación para mantener unos niveles óptimos de energía, que sean conscientes de sus propias limitaciones: que no intenten hacerlo todo, y que traten de disponer de algo de tiempo para sí mismas.

Además, la lactancia materna puede ser considerada siempre como una herramienta terapéutica y de empoderamiento.

Es frecuente que las madres que han tenido un parto traumático y que presentan síntomas de estrés postraumático necesiten reflexionar sobre los detalles de lo ocurrido, contar cómo se sienten y buscar apoyo y comprensión.

Escribir el relato del parto, o compartir la experiencia con otras madres en un grupo de reunión o en un grupo de apoyo online, puede ayudar a comprender y asentar lo que pasó.

Bibliografía:

Además:

El siguiente testimonio de superación fue compartido en la lista Apoyocesáreas:

<<Ya han pasado tres años desde que nació mi primera hija y desde entonces he tenido un aborto y dos hijos, nacidos en casa. Aun hoy, de vez en cuando tengo "flash backs" y me sorprendo recordando detalles del parto por fórceps de mi hija mientras friego los platos.
Creo que lo peor es el primer año, para mí fue como si me hubieran robado la capacidad por interesarme por otras cosas que no fuesen el parto, el parto y el parto. Tenía insomnio, ataques de ira, y un gran descreimiento de la vida y la gente. Lloraba a menudo pensando en mi hija, en todo lo que había sufrido gratuitamente, si tendría secuelas...
Siempre me preguntaba ¿Cuándo pasará esto? ¿Cuándo olvidaré? La respuesta es nunca, nunca se olvida, pero el dolor sí pasa, la ira pasa, el insomnio, la obsesión. Y no olvidamos porque el trauma pasado es una defensa para que no nos vuelva a ocurrir lo mismo, para rebelarnos si, en otra ocasión, quizás no en un paritorio sino en cualquier otro ámbito de nuestra vida, alguien intenta avasallarnos. Eso es bueno, yo me he vuelto más madre-loba para mis hijos, los amamanto a los tres y a dos los he parido en casa, he aprendido a decir "No, gracias, y a confiar más en mi intuición".
Permítete llorar y dedicar todo el tiempo que necesites a bregar con esto y ten paciencia, habla de ello todo lo que necesites. Aquí estamos.
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F.F.