2. Una “cultura” propia

El mundo de la obstetricia moderna tiene sus frases hechas, sus lugares comunes y sus “chistes de familia”. Las siguientes expresiones son algunos ejemplos cotidianos de esta utilización del lenguaje en los paritorios españoles:

  • “Limpiar la guardia”: forzar los partos con fármacos, maniobras o cirugía para que ninguna mujer dé a luz por la noche y estropee el descanso nocturno de los médicos y matronas de guardia o para dejar la guardia libre para “urgencias”.
  • “Parir a la mujer”, “hacerle el parto”: un diálogo clásico del personal de un paritorio podría incluir: “¿A ésta, “la pares tú o la paro yo?” “¿La parimos ahora o más tarde?” Parece que la mujer no diera a luz por sí misma, que el parto no fuera algo que ella hace, sino que “se” le hace.
  • “El punto del marido”: coser la abertura vaginal de más, cerrándola con uno o dos puntos para estrecharla y, supuestamente, dar más gusto al marido.
  • “Fórceps docentes”: fórceps que se realizan no por una verdadera indicación médica sino para enseñar la técnica a los estudiantes.
  • “Esas caderas son buenas para llevar vaqueros, pero no sirven para parir”: las “pelvis estrechas” y la “desproporción céfalo-pélvica” son en la mayoría de los casos una mentira para justificar multitud de cesáreas innecesarias7.
  • “Te quedará una cicatriz de bikini”: para referirse a las consecuencias de dar a luz mediante una cirugía mayor abdominal como es la cesárea. Trivializar los resultados de las intervenciones obstétricas es otro de los “saberes” del oficio para impedir a las mujeres expresar su dolor o frustración.
  • “Parir sin anestesia tiene el mismo sentido que sacarse un diente sin anestesia”: como si parir y sacarse un diente fuesen lo mismo, las implicaciones de la anestesia fuesen las mismas en ambos casos y algunas mujeres hubieran decidido intentar el parto normal por simple masoquismo.

Las expresiones que hemos transcrito aquí minusvaloran la capacidad de las mujeres para dar a luz. Es un lenguaje denigratorio y fuera de lugar. Para superarlo, los movimientos de mujeres hemos creado nuestro propio sistema referencial. El cambio conceptual que conlleva el uso innovador de ciertos términos ha sido analizado por Stella Villarmea (Villarmea, 2013, 19-21; 2015, en prensa). En el activismo en torno al parto respetado hablamos, por ejemplo, de “inne-cesárea”, “dios-tor”, “ginesaurio”, “matrosauria”, “birthyonki”, “matropólogo”, “teoría del coñocimiento” o “co-razones”.

También las artes gráficas sirven para mostrar la misoginia que hay en el mundo de la obstetricia. Nada mejor para entenderlo que las viñetas publicadas en el Boletín Electrónico Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y realizadas por el Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Gandía. Recogemos a continuación algunas de las más llamativas:

En estas viñetas se representa a las mujeres como seres ignorantes, sucios (una mujer cuyo útero se ha prolapsado – está caído –, atrae a una jauría de perros), obesas o prostitutas. La última es especialmente ilustrativa en cuanto a la tipología de la violencia de género: véase cómo es supuestamente la mujer quien induce al médico a cortar con unas tijeras el pene del recién nacido (“si prefería una niña, yo puedo arreglarlo”). Es un rasgo común a otras formas de violencia contra la mujer pretender que, en realidad, ella es la responsable de la agresión y la persona que ejerce la violencia sólo la víctima de sus caprichos o iras. Se comprueba que este desplazamiento funciona y se produce incluso cuando la mujer está tan indefensa como la de la viñeta: en una mesa de quirófano y con el vientre aún abierto. Y lo terrible es saber que, como en cualquier situación en la que no tenemos ningún poder, las mujeres, como el resto de personas en situaciones similares, tendemos a sentirnos culpables de lo que nos ocurre.

Resulta grave, y ha de destacarse como tal, que los directivos de la SEGO responsables de la publicación jamás se disculparon por sus contenidos ofensivos, a pesar del escándalo social y mediático que provocaron8: “Es una cosa jovial de este señor. No hay que darle tanta importancia. Es humor y ya está. La sociedad tiene cosas más importantes” (Declaraciones realizadas a Onda Cero por el máximo responsable de los ginecólogos españoles, José María Laílla, según el diario El Mundo).9

Francisca Fernández Guillén

Abogada, Sección Legal de la Asociación El Parto es Nuestro