Equipo Blog
10 Ago 2010
  •  
2 comentarios

Lactancia y VIH de Norte a Sur

Por Ana Castillo Una amiga pediatra que trabajaba en un hospital materno-infantil en África subsahariana me contaba el daño que hacen algunos profesionales de la cooperación cuando tratan de reproducir prácticas de los países occidentales sin medir escrupulosamente las consecuencias en los países empobrecidos. Ponía como ejemplo, el tratar de impedir que las madres portadoras del virus del sida dieran el pecho a sus recién nacidos y distribuyeran en el hospital leche de fórmula y biberones. Como era de esperar, las dificultades empezaban en el mismo hospital, que no disponía de agua potable y en donde las madres eran fácilmente estigmatizadas al ponerse en evidencia su condición de personas seropositivas cuando ofrecían biberón en lugar de pecho a sus recién nacidos. Pero los problemas serios llegaban después. Cuando se vive en la pobreza y no se tiene garantizado el acceso a agua y saneamiento, menos aún a las onerosas latas de leche en polvo, y en donde la diarrea y las enfermedades consecuencia de la malnutrición están entre las principales causas de mortalidad infantil, el riesgo que corre un bebé privado de leche materna es mayor que el derivado de la lactancia cuando la madre es portadora del virus del sida. Dicho de otro modo, en un contexto de pobreza, los niños alimentados con biberón para evitar el contagio por VIH cuando la madre es portadora tendrán menos probabilidades de contagiarse con el virus pero todas las papeletas para morir de otras enfermedades como la diarrea (principal causa de muerte, junto con las enfermedades respiratorias agudas, de los niños menores de 5 años a nivel mundial). La OMS y otros organismos internacionales como UNICEF así lo afirman desde hace varios años y por ello recomiendan dar el pecho en exclusiva durante los 6 primeros meses como la mejor opción para proteger la salud de los bebés de madres portadoras del VIH cuando no existen garantías de acceso a agua potable, leche de fórmula y atención sanitaria. Además, la OMS ha revisado recientemente su posición y recomienda ampliar hasta los 12 meses o más el tiempo en que la lactancia materna se mantiene como alimento complementario cuando la madre toma antiretrovirales . Sorprende por ello un artículo publicado recientemente en el diario El Mundo , con la referencia a la puesta en ejecución “de un proyecto pionero en Kenia para evitar la transmisión del sida de madre a hijo (…) sustituyendo el pecho por la leche artificial, práctica habitual en Occidente”. Quizás el proyecto sea menos sospechoso de lo que esa somera descripción deja entender, pero cabe preguntarse si no será otra de las muchas intervenciones que reproducen nuestros patrones occidentales sin que las consecuencias a largo plazo, sostenibilidad, impacto social, apropiación, riesgos, dependencias, cultura local, etc. se tengan en cuenta lo suficiente, y menos aún los defectos de nuestras propias prácticas. El artículo además no parece salirse de los viejos clichés y presenta a los blancos que llegan a África con su verdad universal (y pionera) en mano, prestos a dar lecciones y con la bienintencionada pretensión de salvar a las sociedades africanas de la “sangría” de vidas; describe de forma despectiva el contexto local (en este caso el sistema sanitario de Kenia, con su personal con suspenso en educación y que trata a sus pacientes como a perros); aporta datos comparativos que ponen los pelos de punta al lector y dan a entender una supuesta superioridad de nuestro saber; y no faltan las alabanzas a los actores de la cooperación ni tampoco la referencia a los Objetivos de Desarrollo del Milenio para que nadie cuestione la magnífica legitimidad de lo que se está haciendo. La historia está llena de ejemplos nefastos de lo que acontece cuando el acercamiento a otros pueblos parte del etnocentrismo ansioso por imponer sus formas de hacer en lugar de ir acompañado de mentalidades abiertas, deseosas de compartir aprendizajes y dispuestas a reconocer y valorar el saber y cultura de cualquier lugar. Por eso, las buenas intenciones no bastan, especialmente cuando se trata de exportar de norte a sur nuestro modelo de atención sanitaria. Informe OMS mortalidad infantil Recomendaciones OMS alimentación lactantes VIH Cuando el parto es un riesgo mortal
Esmeralda (unverified)
10 Ago 2010
Mi marido es senegalés.Está muy muy sorprendido con lo que ocurre aqui en España en los partos.Siempre me cuenta cómo desde niño ha visto en Senegal a las mujeres parir en casa y "estar como rosas al día siguiente" e incluso pocas horas después del parto poder caminar y salir a la calle y hacer vida normal. No conoce ningún caso de muerte en un parto en casa. No puede entender por qué aqui las mujeres salen tan "destrozadas" del hospital.Le parece una atrocidad. En los últimos años las cosas allí también han cambiado. Ahora también las mujeres senegalesas (sobre todo en las grandes zonas urbanas) piensan que es más seguro parir en un hospital.Y puede ser cierto si tenemos en cuenta que puede suponer un riesgo no contar con acceso a asistencia sanitaria en el momento del parto en ciertas circunstancias.Pero el precio que deben pagar por tener acceso a un parto "seguro" a mi entender es bastante elevado. Hace unos día una mujer senegalesa me describía sus tres partos como un suceso horrible con mucho dolor : - Fuiste a un hospital ?? "claro que si !!!!......" Los médicos son franceses...." "Muchas horas tumbada sin poder moverme...." - Te pusieron un gotero ?? "Si,todo el tiempo..." - Y la epidural ?? "No,allí no hay.Aqui las mujeres al menos teneis la epidural....." " Mucho mucho dolor ........." " Despues con los puntos no podía sentarme...." Otra mujer del mismo país me contaba su cesárea asi : "Se rompió la bolsa y me fuí corriendo a la clínica (privada).Estuve allí 15 min y la gínecóloga me dijo " No vas a poder parir" y me hicieron una cesárea.Me pasé tres meses tumbada con mucho dolor en la herida sin poder atender a mi bebé,no pude darle el pecho y lo cuidaba mi hermana." Está muy claro qué tipo de parto y atención sanitaria estamos "exportando" para "ayudar"a las mujeres africanas en el parto ¿verdad ? El artículo comienza diciendo :" En los países desarrollados el parto es algo normal, un trámite sin complicaciones por el que pasan muchas mujeres, incluso más de una vez en la vida, sin plantearse siquiera los riesgos que conlleva. " UN TRÁMITE ??? parir a un hijo es un mero trámite ?? Sin complicaciones ??? afortunadamente cada vez más mujeres conocemos cuales son las complicaciones cuando el "trámite" se realiza en un hospital y nos planteamos los riesgos que ese tipo de "trámite" conlleva. Dice : " Entre otros, falta mejorar la educación del personal sanitario con los pacientes. "Aquí, a los pacientes se les trata como a perros", comenta una matrona británica de visita en el hospital, mientras que en opinión del doctor Torres "los pacientes no conocen sus derechos"." Anda,mira que casualidad !!! aqui en nuestro país civilizado ocurre exactamente lo mismo!!! Los índices de muerte relacionados con el parto son una tragedia en muchos países de África pero deberían enumerar claramente cuales son los factores de riesgo (condiciones de vida e higiene,prácticas realizadas,falta de asistencia adecuada,falta de acceso a la asistencia médica .....) que disparan el número de muertes. El valor de la cooperación internacional y la implantación de asistencia sanitaria nadie lo pone en duda a la hora de salvar vidas y mejorar condiciones de salud. Pero ojo con el tipo de asistencia al parto que se está llevando a estos países para conseguir un "parto seguro". Conozco a través de dos amigas otro hospital de Kenya (el hospital Sta.Orsola en Matiri ).Trabajan alli durante algunos meses al año como comadronas voluntarias y están satisfechas con su trabajo porque la asistencia al parto que pueden dar es respetuosa con la fisiología del parto y con la mujer.Pelean alli, al igual que tienen que hacerlo aqui, para que el parto sea "seguro" simplemente por el hecho de ser respetado. Pero no todos los profesionales que trabajan en África para "ayudar" tienen esta visión.Hacen allí lo que han aprendido aquí.Y lo que han aprendido aqui no siempre es lo mejor...... Volver a repetir una y otra vez que las mujeres africanas mueren en el parto porque paren en casa es una afirmación cuando menos errónea o incompleta y yo comienzo a pensar que malintencionada. Me entristece mucho pensar que se va a obligar a miles de mujeres africanas a parir tumbadas con las piernas atadas. Pienso en todo el esfuerzo y lucha que estamos llevando a cabo aqui para que se respete la fisiología en nuestros partos y a nosotras mismas y a nuestros hij@s en ese momento tan importante..........y pienso que ahora les toca a ellas, a nuestras semejantes africanas entregar el cuerpo y el alma para que los doctores les salven la vida. Me temo que en las cajas de transporte donde se envían a África los potros obstétricos,los forceps,las ventosas,la oxitocina,las tijeras,los bisturís,las agujas de coser,el material de quirófano,la leche artificial...........se les está olvidando incluir las recomendaciones de la OMS para la atención al parto y la lactancia materna.
Ana (unverified)
13 Ago 2010

Enviado por Ana (no verificado) el

In reply to by Esmeralda (no verificado)

Enlace permanente
Me gusta mucho tu comentario. Comparto todo lo que dices. La cooperación nunca debería basarse en la imposición de modelos y formas de pensamiento. Se es consciente de ello y se habla sin parar de la apropiación y liderazgo locales como requisitos imprescindibles de los proyectos y programas de cooperación. No obstante, los proyectos muchas veces se formulan con la vista puesta en los plazos y las condiciones del financiador, en las oportunidades para ampliar acciones, conseguir fondos, etc. y por personas que conocen poco de la cultura y del sentir de las comunidades locales. Es propio del ser humano valorar la realidad con el prisma de lo aprendido y las experiencias vividas, y la cooperación occidental está por lo tanto impregnada (cuando no, calcada) de nuestros valores, principios, creencias, conocimientos, defectos, etc. (eso sin mencionar que siempre hay quien llega al llamado tercer mundo con un irremediable instinto de superioridad casi neocolonial). No se puede negar que se hacen muchas cosas buenas. Se crean lazos interculturales y se mejora la calidad de vida de grupos de personas, se consigue el reconocimiento de derechos universales. Pero la prepotencia de nuestra cultura dominante es arrolladora y ello cierra los ojos a muchas realidades. Por eso ocurre a menudo que grupos étnicos con extraordinaria riqueza cultural y antiguos conocimientos orales inaccesibles para el extranjero pasen a ser meros analfabetos según nuestros patrones educativos o que la medicina tradicional que ha ayudado a preservar la salud a generaciones enteras sea relegada al nivel de la charlatanería mientras se impone la medicina de laboratorio y bisturí.