Equipo Blog
8 Mar 2020
  •  
0 comentarios

Mil motivos en el 8M

8M 2020

Por Beatriz A. P

Hoy muchas mujeres saldremos a la calle, cada una llevamos dentro el motivo que nos mueve a hacerlo, por desgracia son demasiados para enumerarlos, seguimos viviendo en una sociedad patriarcal que nos maltrata de muchas maneras, yo quiero contaros lo que me mueve a mi.

Esta tarde, mientras avance rodeada de mis comadres, de mis amigas activistas, gritando por nuestros derechos estaré al lado de muchas mujeres que ya son madres, quizás vayan porteando a sus bebés, con carritos o con sus crías de la mano, algunas serán ya abuelas, otras estarán embarazadas, algunas de ellas quizás sin bebé en brazos, pero con una estrella en el cielo.

Las estadísticas dicen que la mayoría de ellas están o serán rajadas en su abdomen o su vulva durante sus partos. Entre el 80-90% de las mujeres, si sumamos a las que han cesareado o han realizado una episiotomía.

Muchas de ellas habrán parido o parirán tumbadas en contra de sus deseos, pues quienes nos atienden olvidan que nosotras parimos y nosotras decidimos. Serán o habrán sido infantilizadas por el personal que las atendió/atenderá. Alguien se subirá o se habrá subido a su abdomen o habrá metido el codo hasta sus costillas mientras violentamente empujan a su bebé fuera de su útero. Algunas tactadas por profesionales que ni siquiera se han presentado antes de meter la mano en sus vaginas. Otras, usadas para hacer prácticas de instruméntales innecesarios con un fin únicamente didáctico. Por esos profesionales, los que olvidan que estamos embarazadas no incapacitadas.

Miraré también a sus bebés, muchos de los cuales habrán sufrido separaciones eternas, llegadas violentas a este mundo, alimentados con biberones que sus madres no querían dar, malos consejos médicos que habrán hecho fracasar lactancias placenteras y maravillosas porque nuestros partos y lactancias peligran por su ignorancia.

Entre esas mujeres y sus bebés, también hay mujeres que durante este último año han sido amenazadas, coartadas y coaccionadas con qué si no accedían al criterio o intervención médicos, sería un juez quién daría la orden de someterlas mediante inducción por coacción que es tortura y violación. Y no sólo han sido amenazas, pues tenemos constancia de casos en los que se llegó a ordenar y finalmente realizar cesárea judicial = justicia patriarcal.

Son todas ellas las que me hacen salir a la calle hoy, gritar y reivindicar que NO ES NO también en nuestros partos.

Por ellas, por las mujeres víctimas de la violencia obstétrica, por las que la sufrieron y ni siquiera son conscientes pues muchas de estas prácticas están normalizadas.

Por las que tuvimos que parir a muchos km de nuestros hogares para evitarnos esto, por todas y cada una de vosotras. Por eso saldremos a la calle hoy.

Porque no queremos que nadie olvide que EL PARTO ES NUESTRO.