Carolina Garcinuño
5 Mayo 2017
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4 comentarios

¡¡Feliz Día de la Matrona!!

Me gustan los andenes de las estaciones. Me gustan las puertas hacia los embarques y las de llegada, en los aeropuertos. Me gusta observar a la gente en esos rituales de bienvenida y despedida. Y creo que el hecho de que la profesión de matrona me parezca una de las más bonitas del mundo está íntimamente relacionado con esto. En general, con la profesión sanitaria que está ahí, en las llegadas y en las despedidas. En los momentos más cruciales de la vida de las personas.

Hay que ser una persona muy fuerte y muy valiente para querer ser matrona. O eso se me antoja a mí, desde fuera. Que no sé si tendría lo que hay que tener, pero ciertamente las miro con envidia sana, y con admiración. También sé que su labor no sólo se circunscribe a un paritorio, y eso es otro plus. Se encargan de acompañar la salud de toda la vida sexual y reproductiva de las mujeres. Y una sabe especialmente de su importancia cuando ha tenido una a su lado para esta tarea, y te mudas a otro lugar, y allí no hay matrona, en tu nuevo centro de salud. Pierdes al especialista en tu salud, como mujer. Y debería ser igual de inadmisible que el hecho de que un niño o una niña carecieran de pediatra.

Pero después de reconocer su figura, su importancia, y reivindicar que haya muchos más puestos de trabajo para ellas, y que se respeten sus competencias (amenazadas más desde dentro que desde fuera), a mi me gustaría romper una lanza especial por esas profesionales que han entendido que efectivamente, no tratan con seres inertes, carentes de contexto, sentimiento o voluntad. Por esas profesionales que tratan a las mujeres de igual a igual, sin infantilizarlas. Que han asumido que un agente de salud no está para imponer nada, que su trabajo es informar, acompañar, cuidar y respetar. Que no tiene que ver con los modales, sino con el pleno reconocimiento del otro. En este caso, de la otra; de su persona, de su contexto, de su voluntad, y sus derechos. Y, muy a menudo, hacen esto con muchísima dificultad porque en nuestro paradigma sanitario esto está aún bastante lejos de ser algo mayoritario, y deben enfrentarse a compañeros, compañeras y superiores. Incluso a veces a usuarios que tampoco tienen interiorizada esta forma de proceder, y les recriminan que no actúen 'como los demás'.

Es el día de esa profesional. Que te cuida, que te informa, que pide tu opinión y tu consentimiento. Que te acompaña, que te sugiere. Que se admira profundamente del milagro de la llegada de tu hijo, y de la de los miles que llegará a ver en toda su vida profesional. A algunos, los despedirá también ese mismo día, por desgracia. Y te acompañará también en ese trance. Que se enfrenta a mucha presión , por la naturaleza de su tarea, a menudo por sus condiciones de trabajo, por la implicación emocional a muchas bandas; y también se enfrenta a una responsabilidad apabullante. Y muchas, lo hacen incluso sin perder la sonrisa, o su chispa de buen humor, que su buen trabajo les costará a días también.

¡Gracias, matronas!

Imma Sarries (unverified)
5 Mayo 2017

Enviado por Imma Sarries (no verificado) el

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GRacias mil por esta entrada....me he emocionado...Mil gracias a todas las mujeres que confían en nuestro acompañamiento.