Rocío Rosa
19 Dic 2016
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2 comentarios

Producto desmadrizador: El biberón 3.0

Aquellas crías de mono Rhesus (a las que previamente se había separado de su madre tras el nacimiento) eran colocadas junto a dos muñecos: el primero, construido en alambre y dotado de un soporte para el biberón; el segundo, carente de alimento pero fabricado en pelo para simular el tacto de la madre. Es bien sabido el resultado: la cría prefiere pasar la mayor parte del tiempo con esa mamá que le da calor con su mullidito pelo que la de alambre que le preporciona solo comida, a la que solo acude para comer en momentos puntuales en los que siente hambre.

En la redes sociales ha circulado un soporte para el biberón que se coloca en el móvil y así la madre tiene las dos manos para usar el teléfono. La imagen con la que se publicita este soporte ha traído a mi memoria las estremecedoras imágenes que se conservan del mencionado experimento.Cuando contemplo las fotografías es siempre el mismo detalle el que me apena por encima de todos: los ojos de cristal, inertes, de la mona de pelo a la que se aferra desesperadamente la cría.

Ya sea cuando le das el pecho o el biberón, ya cuando le estás cambiando el pañal o poniéndole los calcetines, acuérdate de mirarle a los ojos. Seguro que la mayoría de las veces él ya lleva mucho tiempo contemplándote. Si, por el contrario, crees que no tienes ni un minuto que perder y estás considerando comprarte este producto, antes te propongo que hagas esto: mira a tu bebé a los ojitos y deja que se pare el tiempo. Tu hijo necesita tu mirada, necesitará verse reflejado para descubrirse a sí mismo y aprender quién es.

Los bebés no necesitan una mamá nutridora de alambre, los bebés no necesitan una mamá calentita con ojos inertes; tu bebé te necesita a ti, necesita que les nutras de comida, de calor, de miradas y de amor.

Karin Regina (unverified)
26 Ene 2018

Enviado por Karin Regina (no verificado) el

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y con qué findalidad!? pobrecitos. :'-( ayer jugabamos con el muñeco bebé de una amiga que lloraba y lloraba hasta que le enchufabas un chupete-pinche en la boquita. un clásico. y la teta?