
Descubro esta importante iniciativa: la humanización de los cuidados intensivos. Personas que cuidan a personas y se vinculan a ellas más allá de la frialdad de las máquinas y el tratamiento. Y cuando el desenlace es fatal, lo sienten y expresan este sentir a los allegados comunicándoselo.
Su familiar no era un número, no era uno más, era importante, era único y así fue atendido y tratado, en las mejores manos profesionales y humanas, a la vez. Fue atendido durante la necesidad médica y tomado en consideración también después, recordado y valorado. Es un gran consuelo ante el dolor de su pérdida irremediable.
¿Os lo imagináis en caso de la muerte de un bebé? Esta manera de validar a ese pequeño que ha pasado de manera tan fugaz por este mundo, ante una sociedad que aún trata de “menos” la muerte de un bebé prematuro, sería un apoyo importante para los padres en duelo.
Un enlace que hay que conocer para estar atentas a las iniciativas valiosas.