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9 Ene 2015
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2 comentarios

La “buena y la “mala” paciente

Queremos compartir hoy el escrito de una residente de obstetricia chilena que nos ha gustado mucho. Lo encontramos en el espacio Siembra Chile.

"En los hospitales públicos donde realizamos nuestras prácticas clínicas, es común escuchar términos como catalogar a las pacientes como “buenas” o “malas”. Estos conceptos hacen alusión al comportamiento que ellas tienen especialmente en el área de preparto, el espacio físico diseñado para la observación de la evolución o intervención del trabajo de parto y posteriormente su resolución en pabellón o salas de parto.

La “buena” paciente, es silenciosa, tímida, colabora con cada uno de los procedimientos, no pregunta, no reclama, no grita, no demanda mayor trabajo al personal, avanza rápido, no exige nada y se conforma con el espacio físico. Es una mujer que, en silencio, se concentra, intenta calmar el dolor de sus contracciones, no se mueve, quizá alguien le dijo: “no grites porque es peor, te tratan mal”. Al trasladarla a la sala de partos guían sus pujos, puja cuando le dicen, no necesariamente cuando su cuerpo le dice que lo haga, inhibe su sexualidad. Sometida al ambiente hospitalario, la separan de su hijo, teme preguntar y piensa: “Ellos saben lo que es mejor para mi hijo”. Parece como si el embarazo fuera de ella y su cuerpo del médico, la matrona y los estudiantes.

La “mala” paciente, en cambio, esta descontrolada, grita, llora, se mueve, reclama, le duele, no quiere estar acostada, su cuerpo le exige cosas que el sistema no puede darle, se demora en progresar, a veces no escucha, el dolor la abruma, no está con su pareja, pregunta por él, se niega a los procesos dolorosos, no deja que la tacten los estudiantes y tapa su cuerpo, pues no quiere que la vean. Esta mujer está sola en un lugar que no conoce, con personas que no conoce, con ropa que no es la suya, desconoce su esencia, su olor, su instinto. En el parto quiere que acabe rápido, quiere salir de ahí, a la vez que quiere ver a su hijo, le gritan, ella contesta, puja, conoce a su hijo… y se transforma en “buena” paciente.

No existen buenas o malas pacientes, existen mujeres viviendo un proceso único y especial, sus cuerpos demandan, silencio, compañía, amor, oxitocina, calidez y seguridad. Cosas que seguramente no se cumplen en las actuales maternidades, elementos básicos para vivir el proceso mas importante en sus vidas. A cambio, reciben violencia, gritos, juicios, dolor.

Las futuras generaciones queremos contribuir al cambio, queremos acompañar a estas mujeres y armonizar su trabajo de parto para que vivan nacimientos respetados donde las necesidades básicas sean cumplidas, donde puedan estar en un ambiente amoroso, donde fluya la energía universal y la llegada de estos nuevos seres de luz sea en completa paz.

S. Montanaro
Alumna de Obstetricia
Miembro de Siembra Chile

http://www.facebook.com/siembrachile

Alita (unverified)
9 Ene 2015
Simplemente gracias!!! He comenzado a seguir Siembra. Espero estas iniciativas y buenas intenciones prosperen. Me parece que se ejerce demasiada violencia y la mayoría de las mujeres no conocemos como hacer valer nuestros derechos, menos en momentos de tanta vulnerabilidad. Todo esto es real y una serie de "procedimiento médicos" que dañan a posteriori y ni siquiera se llegan a conocer. Como el ojo morado de mi sobrina al nacer, ni todas las penurias que está pasando mi cuñada una vez de alta. No se si habrá sido muy mala paciente... Os felicito y todo mi apoyo!!
Sofia (unverified)
10 Ene 2015
Por eso los hospitales ya deberían de cambiar su manera de trabajar en los partos. La preparación de los médicos y enfermeras tendría que ser otro. O simplemente tener a los bebes en casa. Es una maravilla poder ser como quieras ser en tu propio parto.