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25 Dic 2010
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6 comentarios

La noche más buena

Candy y su Jesús

Hace ya dos años que nació “mi Jesús”. Nació de forma inesperada, una semana antes de la fecha probable de parto, tras la cena de Nochebuena.

Era el momento más oportuno de todos, estábamos solos mi marido y yo en casa, por lo que tenía toda la noche por delante para parir con tranquilidad.

Fue un parto intenso y doloroso, pero no lo cambiaria por nada en el mundo, porque fue un parto respetado: parí donde quise (en mi hogar), con quién quise (mi marido a mi lado) y como quise (nadie me obligó a nada, ni manipuló mi cuerpo para que mi hijo naciese). Pero creo que cuando mi hijo salió de mí, entré en un estado de shock, porque la teoría es muy bonita pero la experiencia puede ser chocante. Tras un primer parto hospitalario en el que los médicos “parieron por mi”, vivir un parto natural en el que mi cuerpo y yo hicimos todo el trabajo, sin ninguna intervención externa, es alucinante.

Me había preparado a conciencia durante el embarazo para evitar un parto medicalizado, pero no había logrado visualizar el momento en el que, el milagro del nacimiento se produjese. Creo que la atención al parto se ha desnaturalizado tanto, que ha provocado que las mujeres no terminemos de creernos, aunque queramos, que éste es un proceso fisiológico que tiene lugar de manera instintiva y que nosotras, “podemos parir”. A mi me hizo falta experimentar mi segundo parto para terminar de reconciliarme con la naturaleza y recuperar la confianza en mi cuerpo.

Recordaré siempre la alfombra redonda y roja donde me arrodille para pujar, cuando toqué la naricita grande y dura de mi bebé que se asomaba por mi vagina o como se puso a llorar mientras yo le decía que no pasaba nada, que todo estaba bien.

Fue un parto sanador que vino a restablecer mi autoestima dañada y a confirmar que con las condiciones adecuadas todas podemos lograrlo, podemos traer al mundo a nuestros hijos sin violencia.

Dos años más tarde, Jesús me da miles de besos repletos de babas y repite continuamente que me quiere. Yo le quiero infinitamente a él, y le agradezco la oportunidad que me dio, de brindarle un cálido nacimiento y compartir con él, de manera consciente, su llegada a este mundo.

Por Candy Tejera
Caro (unverified)
25 Dic 2010
Muchas felicidades, Candy y Jesús :)))) Qué bellas vuestras experiencias de nacer y de parir respectivamente, todas las madres y bebés tenemos una razón para celebrar ESE día, pero quienes lo habeis vivido así, teneis razón doble ;) enhorabuena!
susana (unverified)
25 Dic 2010
PRECIOSO. Felicidades por partida cuádruple: mamá centrada y valiente, papá apoyador, bebé afortunado y también a ese primer hijo que disfruta de todos. Feliz Navidad a todos, también a los que trabajan en la atención al parto, ya sea para apoyarlo correctamente o no (en cuyo caso haremos caso al Niño del pesebre que nos ayude a olvidar, perdonar y a comportarnos de manera asertiva si nos encontramos con vosotros).
Anabel (unverified)
25 Dic 2010

Enviado por Anabel (no verificado) el

In reply to by susana (no verificado)

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Susana yo ni perdono ni olvido, hubo una epoca intentando retomar mi vida, que lo intenté con todas mis fuerzas, pero me resultó imposible. No, no perdono y no olvido, no deseo una feliz navidad a los que tanto daño hacen de forma gratuita porque sí, porque ellos mandan o porque son unos amargados y la única forma de reafirmarse es haciendo daño a los demás. Deseo que reciban el mismo daño que ellos causan a quien nada les ha hecho. Pretendia felicitar a Candy en el aniversario de su hijo, pero no lo he podido evitar.
Polilla (unverified)
26 Dic 2010
Felicidades a ese Jesús y a esa mujer que parió como una diosa!
Marisol (unverified)
26 Dic 2010
Maravillosa experiencia, leyéndote recuerdo un poco al mío en casa, creo cada parto si es respetado nos acerca a ese momento mágico, que es el de dar a luz una vida, para mi fué un momento que me conmocionó fisica y psicológicamente. Es triste como las mujeres nos negamos o se nos niega ese instante clave en la vida, el más importante en la vida de todo ser humano, esa experiencia mística tanto para la madre como para el/la hij@, ese momento que define la capacidad de amar del ser humano.
Julia AS (unverified)
22 Dic 2012
Anabel, la vida es justa y pone a cada cual en su sitio. Esos que te hiceron daño a ti y a muchísmas mujeres y bébés no se van a ir de la vida sin pagar su correspondiente factura. Piensa esto y te reconfortará. Feliz Navidad