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27 Jun 2010
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3 comentarios

Celebrando la matriz

Por Ana Castillo Hace unos días decidí celebrar mi útero. Tomar conciencia, reconocer y agradecer su existencia. La luna de mis ciclos, cuarto creciente, había vuelto, y con ella los indicios purpúreos de mi fertilidad. Se cumplían además 16 años desde una primera concepción. También era el cumpleaños de mi madre y, de paso, del útero que fue mi primera morada. Ese día tan especial, con un simple ejercicio de memoria intuitiva, entendí mejor que nunca el valor de mi matriz y de su función creadora, sanadora y renovadora de mi propia energía. Recordé que el útero es uno de los órganos más fascinantes del cuerpo de una mujer. Situado justo en el centro de la pelvis, tiene el tamaño de una perita de San Juan y alcanza el volumen de una gran sandía al final del embarazo. Es un órgano generoso, acogedor, oculto, vibrante, diseñado para recibir y para dar. Una gruta mágica capaz de disponerlo todo cíclicamente para que anide la vida, para acoger el desarrollo de un nuevo ser humano y entregarlo al mundo de forma convulsa.
La menstruación, a través de la cual el útero se despide del óvulo no fecundado y deshace el mullido lecho que le había preparado, es símbolo de fertilidad, de feminidad, de madurez sexual y reproductiva, de sintonía de la mujer con las fases lunares… Algunas tradiciones la consideran muestra de una supuesta impureza de la mujer, mientras que otras le atribuyen poderes sobrenaturales o la utilizan en medicina y rituales espirituales. La sangre femenina que mana periódicamente del útero no es indiferente a ninguna cultura. En muchas, incluida la nuestra, la menstruación es en cierto modo tabú, algo desagradable o sucio que debe ocultarse, como recuerda el documental de Diana Fabianova, “La luna en ti”. www.mooninsideyou.com www.cultureunplugged.com/play/2369 Aquel día expliqué también a mi hija, de cuatro años, el sentido de la menstruación. Le conté que ella ya posee, desde su mismo desarrollo en el vientre de mamá, los ovocitos durmientes esperando despertar algún día al toque de la varita mágica de un hada llamada hipotálamo. Sólo entonces, sus óvulos, las células más grandes, despertarán uno tras otro, más o menos al compás de la luna, para hacer un viaje extraordinario que culminará con una fiesta de despedida al rojo vivo… o con un encuentro prodigioso que dará lugar a una nueva vida.
Erika Irusta (unverified)
2 Jul 2010
sublime! acompañar a las futuras mamás, a las futuras mujeres en ese mágico despertar al Mundo de lo Femenino.. Mundo mágico y lleno de Vida... Me ha emocionado leer la explicación tan bonita que le dabas a tu pequeña. Comparto un link sobre este taller que haremos en BCN sobre la Primera Sangre http://www.elblogalternativo.com/2010/06/16/el-nacimiento-de-una-mujer-celebramos-la-primera-sangre/ mil abrazos de útero a útero Erika
vilma (unverified)
3 Jul 2010
Que hermosa forma de contarlo a una niña. También tengo una hija de esa edad, me apunto esta entrada tan maravillosa.