Por Paula López-Jamar Quería compartir con vosotras un ratito esta noche. Celebro mi primer aniversario de parto. Con vosotras. Os doy las gracias en mi nombre y en el de Ibón. Ya sabeis que fué un parto maravilloso. ¿Entonces por qué me embarga la tristeza? Se me repite una palabra
"rapeday". Maldito el día que escuché esa definición que tan bien define. Es fácil sentarse a escribir un buen parto. Es bonito. Es reconfortante. Pero no tiene apenas mérito. Pienso en las mujeres que, como yo, cuando se acerca la hora de lo que fué el parto, retroceden en el tiempo. En mi caso es una sensación de torbellino maravillosa. Unas mariposas en el estómago. Para otras tal vez sean como nauseas de un monstruo que todavía sigue dentro... acechando cuando se duchan y se tocan, cuando miran a su hijo...sientiendo palpitar sus cicatrices, todas a la vez, las del cuerpo y las del alma...
Rapeday: aniversario de una violación de la que nadie se hace cargo. Que nadie parece saber que exista. Encima las tomarán por locas... En estos momentos, querría abrazar a estas mujeres... Así que voy a abrazar a mi bebé y a mi Marquitos, para que sepan la suerte que hemos tenido.
