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15 Jul - 16:56
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La paradoja del parto en Ourense: Sanidade pide calma mientras ignora derechos

Ya son varias las organizaciones de ámbito local y nacional que exigen condiciones dignas y que parir no sea un riesgo. Por eso, el pasado 14 de julio tuvo lugar una movilización por el derecho a nacer y parir con dignidad.

En los últimos días, profesionales sanitarias y organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y las criaturas han alzado la voz ante una situación alarmante en el área sanitaria de Ourense. El reciente traslado del paritorio del Hospital Materno Infantil a una nueva ubicación, dentro del área de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA), ha encendido todas las alertas por su evidente precariedad e insuficiencia para garantizar una atención segura, digna y respetuosa durante el parto.
La nueva ubicación, según denuncian numerosos profesionales y usuarias, no cumple con los requisitos mínimos exigidos por la normativa sanitaria española ni por los propios estándares del Sergas (Servizo Galego de Saúde). Hablamos de un espacio con cinco salas de dilatación separadas por mamparas, con una única ducha y un único aseo para todas, sin privacidad para las mujeres que van a dar a luz. Se trata de salas de pequeñas dimensiones, que no permiten el libre movimiento de las parturientas y ponen en riesgo el derecho a estar acompañadasLa única sala para parto natural con la que se contaba ha desaparecido sin ofrecer alternativas para quienes desean transitar el proceso de parto con apoyos no farmacológicos.
Todos esos factores, denunciados también por el personal sanitario, tienen un impacto directo en la experiencia y los resultados del parto: aumento de intervenciones innecesarias, separaciones madre-bebé, dificultades en la instauración de la lactancia y, por tanto, empeoramiento de los resultados materno-fetales.
Y las prisas con las que se ha llevado a cabo este traslado no hacen más que confirmar lo que ya venimos denunciando: la desidia institucional y el abandono acumulado durante años. El derrumbe del techo ocurrido en marzo de 2025 no fue un hecho aislado: ya en diciembre de 2023 hubo una caída en un pasillo del paritorio, con grietas visibles y condiciones insalubres, que fueron ignoradas durante años por las autoridades. 
Nos movilizamos frente a un traslado sin garantías, sin fecha de retorno y sin un plan claro de mejora. Aunque desde Sanidade se afirma que se trata de una medida temporal, no se ha comunicado ningún cronograma ni se ha garantizado la idoneidad del nuevo espacio, lo que genera incertidumbre, preocupación y una profunda sensación de abandono institucional.
Queremos poder parir en un entorno seguro donde se respeten nuestros derechos. No vamos a quedarnos tranquilas frente a este atropello. Porque lo que está en juego no es solo un edificio, sino el derecho a una atención libre de violencia y centrada en las personas.

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