Teresa Escudero
29 Sep 2020
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Obstetricia pandémica

OBSTETRICIA PANDÉMICA:

Se vuelven a comunicar casos de mujeres ASINTOMÁTICAS, pendientes de PCR, o PCR positivas, a las que se separa de sus hijos e hijas, a la espera del resultado, o a las que no se permite ser acompañadas por su pareja o por el acompañante que ellas hayan elegido, por unos protocolos que se basan más en el miedo que en la evidencia científica.

¿Qué sabemos hasta ahora de las embarazadas con COVID- 19? Pues por desgracia, poco. En una revisión sistemática de Julio del 2020 (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32430957/) las conclusiones son: "A pesar del creciente número de estudios publicados sobre COVID-19 en embarazos, no hay suficientes datos de buena calidad para sacar conclusiones no sesgadas con respecto a la gravedad de la enfermedad o a las complicaciones específicas de COVID-19 en las mujeres embarazadas, así como a la transmisión vertical y a las complicaciones perinatales y neonatales. A fin de responder a preguntas específicas en relación con los efectos de COVID-19 en mujeres embarazadas y sus fetos, mediante una investigación significativa de buena calidad, se insta a los investigadores y a los encargados de investigaciones a que presenten en sus publicaciones datos completos sobre los resultados y casos de referencia publicados anteriormente, y a que registren esos informes cuando los datos de un caso se introduzcan en uno o varios registros".

En otra revisión sistemática, también de Julio de 2020 (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32259279/), de nuevo las conclusiones nos dicen: "A pesar de que la mayoría de las madres fueron dadas de alta sin mayores complicaciones, se han reportado tanto muertes perinatales como morbilidad materna severa. No se puede descartar la transmisión vertical. Una monitorización cuidadosa de las embarazadas con COVID-19 y la toma de medidas para prevenir la infección neonatal deben ser garantizadas".

Y apuntamos los datos, en 108 partos de madres con síntomas leves, sólo se notifica una muerte perinatal probablemente relacionada con la COVID-19. Ninguna muerte materna.

Y de la Revista Española de Salud Pública, también de 2020, una revisión sistemática de 10 estudios (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32382001/). En esta revisión se vuelve a ver que de más de 100 embarazadas, ninguna falleció por COVID-19, y de nuevo se reporta un solo caso de fallecimiento, en el que se combinaron prematuridad y afectación por la COVID-19. La conclusión del estudio es que la COVID-19 parece ser más benigna con las embarazadas que con los bebés, especialmente si éstos son prematuros.

Visto esto, ¿realmente hay alguna razón CIENTÍFICA para separar a las criaturas de sus madres PCR +? Y la respuesta es NO.

Primero, una PCR + se está tomando como prueba de que la persona está infectada, Y NO ES ASÍ. “Una PCR positiva no es lo mismo que un caso de covid-19”, asegura Carl Heneghan, investigador de la Universidad de Oxford en un interesante artículo de la revista BMJ.

(https://www.bmj.com/content/370/bmj.m3374)

Segundo, aunque la madre PCR + fuera realmente infectada e infecciosa, lo que habría que hacer es tomar medidas para evitar el contagio de la criatura. Lavado de manos, mascarilla, evitar besos... Pero no hay NINGUNA necesidad de separar a la madre y al bebé, y desde luego no hay NINGUNA evidencia de que el virus pase a la leche materna, con lo cual en una madre asintomática o paucisintomática, se tendría que propiciar el contacto inmediato piel con piel y la lactancia materna exactamente igual que en una madre no infectada. No sólo la leche materna no contiene virus, sino que tiene anticuerpos que podrían proteger al recién nacido: https://www.lavanguardia.com/vida/20200807/482696014906/leche-materna-protege-bebe-covid-19.html

Las recomendaciones de la Sociedad Española de Neonatología no han cambiado. En madre confirmada como enferma de COVID-19, el neonato debe seguir con su madre siempre que esté asintomático, sólo recomienda tratamiento aislado si el bebé tiene síntomas: https://www.seneo.es/images/site/COVID/Algoritmo_Hijo_madre_COVID-19version_61.pdf.

Concretamente desde la SENEO se recomienda: "En casos de madres en investigación o positivas, si madre pauci o asintomática y neonato asintomático, se recomienda alojamiento conjunto en régimen de aislamiento de contacto y gotas entre madre e hijo (higiene de manos, mascarilla facial y cuna separada a 2 m. de la cama de la madre). Si la madre está sintomática (fiebre tos y secreciones respiratorias) el neonato tendrá que ser ingresado aislado y separado de su madre sólo cuando las condiciones clínicas de esta así lo recomienden. La duración de las medidas de aislamiento y separación madre-hijo, se deberán analizar de forma individual en relación con los resultados virológicos del niño y de la madre, las condiciones clínicas de ambos."

Una madre asintomática o pauci sintomática EN NINGÚN CASO debería ser separada de su criatura.

Insistimos, PORQUE EL REMEDIO ES PEOR QUE LA ENFERMEDAD.

Un neonato cuidado por su madre puede coger la enfermedad o no, y dicha enfermedad le puede causar o no problemas (en todos los estudios la mayoría de los recién nacidos a término de madres asintomáticas o paucisintomáticas, si se contagiaban de la COVID-19, también solían pasar una enfermedad paucisintomática).

Un neonato separado de su madre sufre SIEMPRE.

Absolutamente nadie duda ya de que el cuidado Madre-Canguro, el contacto piel con piel, mejora TODOS los items tanto para la madre como para la criatura recién nacida. (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31419082/: última revisión de la evidencia)

Mejora la hipotermia: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29472198/

Mejora la supervivencia en el caso de criaturas de bajo peso: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31590989/

Mejora todos los parámetros cardio-respiratorios: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24246597/

El cuidado madre-canguro en pretérminos ES MEJOR QUE LA INCUBADORA: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9924567/

Y aquí lo dejamos, porque la evidencia es TAN ABRUMADORA que podríamos pasar así páginas y páginas.

La conclusión es que el principal regulador de una criatura recién nacida es SU MADRE.

Y separarla de ella es absolutamente contraproducente a todos los niveles, y especialmente a nivel cardíaco y respiratorio, aún más si es prematuro. Teniendo en cuenta que los bebés muertos por COVID-19 eran en su mayoría prematuros o de bajo peso, quizá lo que deberíamos propiciar es que precisamente estos bebés más vulnerables NO FUERAN SEPARADOS DE SU MADRE a menos que la madre esté en circunstancias que no le permitan estar con su bebé (circunstancias que se reducen básicamente a estar con problemas respiratorios severos y necesidad de oxígeno de alto flujo, o intubada en la UCI).

Por supuesto, una criatura que ha nacido a término, de una madre PCR+ asintomática o paucisintomática, EN NINGÚN CASO debería ser separado de su madre.

Termino recordando que la OMS HA PEDIDO ESPECÍFICAMENTE A LOS PADRES Y MADRES QUE ABRACEN MÁS A SUS CRIATURAS. Aquí las nuevas directrices OMS: https://www.who.int/publications/i/item/improving-early-childhood-development-who-guideline

Y aquí el excelente artículo de Criar con Sentido Común que habla de estas nuevas directrices: (https://www.criarconsentidocomun.com/oms-abrazar-a-los-ninos/middle-age-caucasian-father-kissing-sleeping-newborn-baby-girl-parent-holding-rocking-child-daughte/)

Esperamos que en todos los hospitales españoles los protocolos de atención al nacimiento se basen en la evidencia científica existente, y no en el posible miedo a que un recién nacido pueda contraer la COVID-19.