LaVozEsNuestra
1 Mayo 2017
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Agradecimiento de aniversario

Hoy se cumple un año del lanzamiento de nuestra campaña La Voz Es Nuestra.

En este año hemos publicado las historias de muchas mujeres expresando su dolor y sus quejas y reclamaciones a los profesionales que atendieron el nacimiento de sus hijos. También hemos publicado numerosas historias de agradecimiento, que nos han llenado el corazón de felicidad.

Hoy celebramos nuestro primer aniversario con una de estas historias.

La historia de Roser.

Al finalizar el proceso de embarazo, parto y postparto decidí escribir una carta de agradecimiento al obstetra que siguió mi embarazo en el hospital porque, a pesar de que el parto se desarrolló en casa, para mi era muy importante saber que si necesitaba ir al hospital podria dar a luz sin violencia. Creo que los profesionales, les guste o no, han de saber cuándo estamos satisfechos y cuándo no para poder dar un servicio mejor.

Además, pensé en todas aquellas mujeres cuya opción no es parir en casa. ¿Cómo se sienten en manos de los protocolos y de trabajadores de la salud irrespetuosos y poco informados? ¿Cómo me sentí yo tras mi primer parto, con mi útero y mi poder rotos?

Entonces me sentí enormemente agradecida a la vida por haber encontrado a este médico. Médico al que, además, acribillé a preguntas, al que discutí lo que no me pareció bién para mi y cuyo ego se mantuvo imperturbable. Siempre reaccionó con rapidez y elegancia, sin sentirse ofendido por tomar mis propias decisiones. Me pareció que tanto él como sus jefes debían saberlo.

Por otra parte, quise incluir unas recomendaciones, porque las condiciones físicas del centro hospitalario distan mucho de ser las óptimas para que una mujer pueda parir cómodamente. De esta manera, el esfuerzo de los trabajadores está muy limitado. Sin inversión no se puede trabajar.

He de decir que recibí unas amables palabras que hacían referencia al agradecimiento a mi obstetra, pero ni una sola línea a la parte de queja y recomendaciones.

¡Aún así, la voz fue mía! ¡La voz es nuestra!

Esta es la carta de Roser:

A la atención de dirección médica o gerencia del Hospital XXX.

En 2015 el Dr. JMG me hizo el seguimiento de mi segundo embarazo. Escribo esta carta con la intención de hacer un agradecimiento y una recomendación.

Quiero agradecer el trabajo que hace el Dr. JMG en diversos aspectos. En primer lugar, conscientemente, se esfuerza por erradicar la verticalidad en la relación sanitario-paciente. Estas relaciones verticales hacen que el proveedor de salud crea que está por encima del paciente y, en consecuencia, lo trate con superioridad, condescendencia, paternalismo, como si no tuviera capacidad de decisión sobre su propio cuerpo. En nuestra sociedad es una práctica habitual, hasta el punto de realizar determinadas acciones sin autorización, aunque así se vulnere la Ley de Autonomía del Paciente. El Dr. JMG, en cambio, va con mucho cuidado, dando solamente su criterio profesional y no el personal, sugiriendo determinadas pruebas, no imponiéndolas. Se preocupa de añadir a sus frases un "si quieres", "si lo consideras conveniente". Le agradezco ese trato infinitamente.

En segundo lugar, y relacionado con el tema anterior, tiene muy claro que él "acompaña" partos, no los "hace". Soy socia de El Parto es Nuestro y víctima de la violencia obstétrica en mi primer embarazo (con otro ginecólogo, obviamente). Estas características hacen que intente estar al día de la evidencia científica y que conozca infinidad de casos (como el mío) en los que los profesionales que ejercen ignoran la evidencia o prefieren no aplicarla por comodidad propia. El Dr. JMG y su equipo saben que, si todo se desarrolla sin incidentes, lo mejor es no intervenir y dejar que el cuerpo de la mujer trabaje a su ritmo; son conscientes de que algunas de sus pacientes llegamos a su consulta maltratadas en nuestros anteriores partos.

Es en este punto donde me gustaría hacer la recomendación. El éxito de un parto depende de la innata capacidad de la mujer para parir si no surge ningún problema. Sin embargo influye mucho sentirse bien acompañada y respetada (cosa que sí procura el equipo del Dr. JMG) y que el entorno sea adecuado, con los medios adecuados. Hablo de inversión, claro, de dinero. Sabemos que la mujer libera oxitocina de manera natural, pero para no interferir en esto hay que crear un ambiente no hostil. El paritorio del hospital XXX es frío, con una decoración típica de una sala de operaciones. Los utensilios para intervenir, si procede, no están camuflados. Ya hay hospitales que han transformado las salas de parto en lugares acogedores, para que la madre se sienta como si estuviera en casa. Es fundamental. Cuando vi este paritorio en una visita comprendí que tenía que intentar, al menos, dilatar en casa con unas comadronas. Y en casa di a luz.

La mujer necesita libertad de movimientos para que todo se desarrolle con normalidad y para poder aliviar el dolor. Vuestra sala de partos es demasiado pequeña. Yo cambié de estancia en mi casa en infinidad de ocasiones durante el proceso. Faltan cuerdas para colgarse del techo. Falta una ducha, una bañera. Son elementos que pueden ayudar a gestionar el dolor. Sin estos medios, sin poder movernos apenas unos metros, sin calor, muchas mujeres estamos condenadas a utilizar anestésicos como la epidural u oxitocina sintética. Y ya sabemos que los fármacos no están exentos de riesgos.

Pienso que estas carencias pueden entorpecer el parto fisiológico. Las mujeres y los bebés sufrimos las consecuencias y el personal sanitario no puede trabajar como debe. Por lo tanto, pido que escuchen las peticiones de las usuarias y del equipo del Dr. JMG para facilitar una mayor calidad en la asistencia.

Atentamente,
Roser S.

Campaña La Voz Es Nuestra