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24 Abr 2017
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Prematuridad y violencia de género, ¿van de la mano? Reflexiones desde Ecuador

Desde los años 80 ha ido creciendo el nacimiento pretérmino de los seres humanos. Cada vez más y más bebés salen antes de que sus frágiles cuerpos estén listos para la vida fuera del útero. Los sistemas y órganos que forman a este bebé–feto, pues aún no debió nacer- están inmaduros, y a expensas de todas las sustancias químicas e intervenciones que se le realizarán para salvarlo y prevenir su muerte. Algunos pasarán los primeros días en el hospital, otros pasarán meses, otros años con un tanque de oxígeno a su lado. Todos nacen a la cuna térmica, al menos en nuestro país, y no al pecho materno como en países desarrollados.

En la pasada Semana contra la Violencia de Género, El Parto es Nuestro Ecuador realizó una serie de charlas en la ciudad de Quito. Comentando con un grupo de profesionales de la salud sexual y reproductiva si habían escuchado sobre la “Ley contra la Violencia de Género”, me quedó clarísimo que no tenemos idea de qué es violencia de género ni cómo combatirla.

La violencia empieza en el nacimiento, mucho antes de que el ser humano pueda entenderla y defenderse. Hablar de violencia y luchar contra ella son cosas diferentes. Al hablar de violencia nos imaginamos (en el caso de la violencia de género) mujeres golpeadas, niñas abusadas, feminicidios. Por otro lado, la lucha contra la violencia de género empieza en la lucha contra la violencia de cualquier tipo. Violencia física, violencia sexual,.. ¿han escuchado hablar de la violencia obstétrica? Al menos lo veo así. Me explico:

Les cuento un caso (suceden cientos cada mes en nuestro país). Una pareja recibe a su bebé prematuro en un hospital reconocido y caro del país. Este bebé (a pesar de todas las investigaciones basadas en evidencia científica) es separado de su madre y puesto en una cuna térmica. Debe comprarle leche de fórmula porque “no tendrá suficiente leche los primeros días, ya que fue cesárea”. La madre está menos de 3 horas al día (y no seguidas) con su bebé. La madre y el padre reciben a la neonatóloga (que cobró una exorbitante suma) y les dice “prepárense para una vida de sufrimiento”. Este bebé estará lleno de sondas, de manoseos, de sacadas de sangre, de medicinas, antes de estar lleno de besos y caricias. Y bueno, sí, a veces es muy necesario. Pero, ¿qué pasa cuando salen del hospital? Aquí viene la violencia y negligencia más grande contra ellos y, por qué no, contra la humanidad entera.

Esa madre y ese padre NO RECIBEN la información suficiente para cuidar a este bebé de alto riesgo –PORQUE SÍ, ES UN BEBÉ QUE NECESITA CUIDADOS ESPECIALES- En muchos casos se aconseja que “intente” hacer el método madre canguro, que intente ponérselo en el pecho, es más, las recomendaciones escritas que recibe la madre del prematuro son las recomendaciones genéricas que recibe la madre del bebé a término, del bebé con PC, del bebé con tórax en quilla. La madre debe volver al poco tiempo a su trabajo. Asumamos, como la gran mayoría de los casos, que el bebé pasó 6 semanas en la cuna térmica. El padre ya perdió su semanita de licencia, y la madre está por terminar su período de estar en casa, debe regresar para no perder su trabajo. Y ese bebé, que nació de 27 semanas, ahora tiene un mes y medio de vida, pero en realidad aún debería ser un feto de 33 semanas, dentro de su madre.

Es un feto. Su sistema nervioso –todos sus sistemas- no sólo están inmaduros, sino que empezaron a funcionar mucho antes de que estuvieran listos para la vida con oxígeno, con bacterias, con aire frío, manoseos, ruidos, luz y comida. Todos sus órganos están trabajando para adaptarse a esta vida fuera de su madre. Y ahora ella debe volver al trabajo.

Habiendo tanta información sobre el cuidado del bebé prematuro, existiendo tanta evidencia científica en relación a la importancia de la exterogestación y el cuidado del sistema nervioso los primeros años de vida, seguimos cuidando de estos bebés cómo si fueran "bebés a término".

Pero lo más sorprendente, doloroso, incoherente e inhumano es el hecho de que no haya una sola Ley, Normativa, ¡qué sé yo!, que promueva la correcta educación de las familias que tienen bebés de alto riesgo, que no existan programas que protejan el desarrollo y cuidado armonioso, integral y ÚNICO del bebé prematuro/de bajo peso/de alto riesgo, que protejan el sistema nervioso de ese ser humano reduciendo la bulla (el ruido) dentro de las UCIs o implementando las cunas térmicas con hamaca que favorecen el desarrollo del sistema vestibular emulando el vaivén del vientre –ojo, hay evidencia científica sobre todo esto-, y por último y creo que más importante: que promueva que las mujeres con bebés en situación de riesgo pasen más tiempo junto a ellos. Queremos ciudadanos saludables, ¿verdad?

¿No les parece violento que un bebé que nace en desventaja tenga a su madre lejos? ¿No les suena a violencia que no informen con ciencia (a conciencia) sobre CÓMO debe ser el cuidado del bebé de alto riesgo? ¿No es violencia de género que una mujer tenga que dejar a su bebé-feto porque si no pierde su trabajo?