Introducción

Durante el embarazo es importante que la alimentación sea completa y equilibrada para la salud tanto de la madre como del bebé. Todos los nutrientes que recibe el feto le son transferidos desde la madre a través de la placenta.

Se recomienda:

- Reducir el consumo de alimentos calóricos. - Incluir en la dieta alimentos de todos los grupos. - Aumentar la ingesta de líquidos. - Consumir alimentos ricos en ácido fólico, calcio y hierro.

Si la alimentación es sana y variada, las necesidades nutricionales estarán cubiertas, aunque algunos ginecólogos recomiendan suplementos vitamínicos en cualquier caso.

La sal debe tomarse con moderación; no superar los 3 g al día y que sea no refinada, ya que la refinada ha perdido todos los minerales. La ideal es la sal marina.

El sol es saludable (con moderación) ya que favorece la síntesis de vitamina D, que facilita la absorción del calcio y contribuye a mejorar el estado de ánimo. Al estar embarazada pueden aparecer manchas en la piel llamadas melasmas, como consecuencia de la exposición al sol. Se suelen localizar en la cara, por lo que es importante usar un factor de protección superior a 15 en el rostro.