
Extracto de la ponencia de Angela Müller sobre “Arquitectura de Maternidades. Diseño de entornos de parto y nacimiento. El Parto en tiempos de pandemia" para la conferencia “La primera habitación: cuando la cultura del nacimiento se encuentra con la arquitectura”. Organizado por IG Geburtskultur, Womens´ Museum Hittisau y vai. Se celebró online desde Austria los días 25 y 26 de marzo de 2021.
Madrid, marzo 2020: Vimos imágenes que nunca imaginamos veríamos...
“Vimos mujeres dando a luz solas, con mascarillas y tratando de respirar. Vimos bebés solos y padres en los parkings del hospital. Vimos salas de maternidad convertidas en UCI Covid, y mujeres dando a luz en otras áreas del hospital en las que ni siquiera pensamos. Vimos cerrarse las salas de maternidad. No una, ni dos, sino demasiadas. Vimos el traslado de las maternidades de los hospitales públicos a clínicas privadas, sin garantías ni continuidad asistencial. Vimos mujeres embarazadas aisladas en casa, sin cuidados y sin saber a dónde ir. Vimos hospitales donde las mujeres embarazadas ya no podían ir. Vimos matronas indefensas.
Vimos el impacto del miedo.
Vimos cómo 20 años de activismo por el nacimiento pueden desaparecer en menos de una semana. Vimos como médicos y matronas volvían a las rutinas que ya olvidamos que habían existido una vez. Vimos paritorios donde se inducía el parto a todas las mujeres, “por si acaso”. Bebés separados de sus madres nada más nacer, “por si acaso”. Madres a las que "no se les permitía" amamantar. Y vimos cómo los hospitales se convirtieron en un territorio inseguro para el parto, donde las mujeres, los bebés y las parejas habían perdido opciones y derechos.
Y luego…
Las mujeres se conectaron en las redes. Empezaron a hacer preguntas. Las mujeres se pusieron a buscar lugares alternativos para tener a sus bebés. Las matronas se organizaron online para ayudar a atender a las embarazadas en todo el país. Y las mujeres que ni siquiera se habían planteado un parto en casa, consiguieron una matrona en el hogar. Y las mujeres descubrieron que aún quedaban algunos oasis en los hospitales: unidades dirigidas por matronas. Lugares donde aún podían dar a luz con derechos y dignidad. Y las mujeres empezaron a considerar las casas de maternidad. Y las madres ayudaron a otras mujeres.
Las matronas nos contaron que mujeres que nunca contemplaron un parto natural, se apresuraron a ir a las unidades de partos dirigidas por matronas, porque era el único lugar donde estaban seguras de que no se llevarían a su bebé nada más nacer y no estarían solas. Y de repente, estas mujeres dieron a luz con una fuerza que nunca pensaron que tenían.
Cuando los hospitales resultaron ser un lugar verdaderamente inseguro, todo cambió. De repente todo fue posible y nada imposible
Las mujeres hablaron sobre su miedo a ir al hospital y exponerse a este virus. Qué irresponsable es que las mujeres sigan pasando por la sala de espera de emergencia general llena de pacientes Covid. Y de repente hablar de unidades de maternidad, y centros de maternidad, y hoteles de maternidad, ya no parece una locura.
Y la gente empezó a escuchar y a reconsiderar sus creencias.
Cada crisis tiene sus oportunidades.
Esta es para las madres, sus bebés y familias. Y para las matronas que quieran trabajar en mejores condiciones. Es un punto de inflexión para nuevas ideas. Un momento histórico en la búsqueda del mejor entorno para un parto seguro y saludable, en nuevas estructuras, diferentes lugares y sistemas organizativos.
Madrid, marzo 2021