
Por Antonio Granadilla y Amanda Sánchez
ESTOY. TE VEO. CONFÍO Y TE QUIERO. EL ACOMPAÑANTE CONTRA LA VIOLENCIA OBSTÉTRICA.
Ayer mismo nos hablábamos despacio y con mimo, curándonos una vez más las heridas que sufrimos en el parto de nuestra primera hija. No solo la violencia de los sanitarios nos dañó, que ya fue bastante, sino que también nosotros nos hicimos daño con los miedos personales que, a cada uno por su lado, nos mantuvieron secuestrados. Separados. Enfrentados. Asustados. Y solos.
Hoy, siete años más tarde, podemos hablar sobre esto con cierta normalidad.
Fue un golpe duro. A nivel personal. A nivel de pareja. Y por ende, a nivel familiar. Sabemos que es una herida de cicatriz profunda. Y a día de hoy continuamos curándola con cariño y paciencia.