Que vaya por delante que en esta asociación se lucha para que todos los bebés tengan un nacimiento respetado y todas las madres un parto sin intervenciones innecesarias. Y que quede claro que estas líneas no van sobre los deseos de una madre -deseos que son todo menos caprichos, por mucho que se empeñen algunos en intentar hacerlo parecer así-, sino, en primer lugar, sobre las necesidades más básicas de un recién nacido.
Estos últimos días en la lista interna de socias hemos sido testigos casi en directo de la historia de una de nuestras compañeras. Tras romper aguas de forma prematura, justo en la semana 35, casi 36, la mujer acudió al hospital más cercano. Tras muchas horas finalmente el bebé nació por cesárea. No solo nació sano sino también bien de peso, teniendo en cuenta su semana de gestación: 2,450kg. Hasta aquí todo bien, aparte del susto inicial.