
Con tan solo imaginarme la escena me pongo nerviosa. En muchos hospitales las mujeres embarazadas siguen entrando por la puerta de urgencias generales y tienen que pasar por sitios donde coinciden con pacientes de Covid-19, que a su vez ya solo van al hospital cuando están realmente malos. Me imagino a las parturientas en unas esperas de urgencias que están a rebosar, esperando a ser derivadas dentro del hospital.
Ahora se supone que las embarazadas ya llegan en el último momento, con el parto en activo, para pasar el menor tiempo posible en el hospital. Y, aunque les acortan al máximo la espera por urgencias, y las derivan rápido, sigue habiendo centros que no les garantizan que estén lo más separadas posible de los pacientes infecciosos.