Soy una mujer libre, una mujer del s. XXI, nacida en el s. XX, en el año en que se instauró en España la democracia. He tenido acceso a una educación en igualdad de condiciones que los chicos de mi “quinta”. He podido “elegir” y cursar una carrera universitaria. Supuestamente tengo acceso al mundo laboral, aunque eso sí, en peores condiciones que los machos de mi especie, la raza humana.
Pero si me pongo de parto… en determinados centros, todavía demasiados (la gran mayoría, diría yo), no me permiten cambiar de postura durante la dilatación, me imponen el canalizarme una vía, porque “no es negociable”, aunque yo no la quiera ni la necesite, y me obligan a parir tumbada, aunque esa sea la peor postura para parir.