Por Gemma Méndez Pérez (matrona)
Cuando me quedé embarazada por primera vez me libré de una inducción por embarazo prolongado gracias a que mi hija fue lista y decidió nacer antes de la temida fecha, y digo temida, ya que me aterraba la idea de obligar artificialmente al cuerpo a realizar un proceso fisiológico, no sabía por qué pero sentía que era muy peligroso.