Por Susana Celamor
Cada vez que una mujer me anuncia su embarazo con cara de felicidad, se me contagia su alegría. El embarazo es el estado más pleno en todos los sentidos de la palabra que he vivido nunca. Pero como humana que soy... se me escapan algunas preguntas como: ¿Has pensado ya dónde vas a parir? Esa pregunta no siempre, por no decir casi nunca, alcanza mis expectativas... Suele ir respondida con un temido: "Mi embarazo me lo lleva el ginecólogo x, que tiene muy buena fama y trabaja en la clínica x, seguramente vaya a dar a luz allí". Mi gozo en un pozo, aunque es cierto que responder a esa pregunta y dejarme satisfecha se ve que debe ser difícil. Esa frase es inocente, tranquila, confiada e incluso ilusionada... ¿Cuál es mi pena? La pena es lo que no ve esa mujer...