Por Maria José Madarnas
Siempre que leo historias y experiencias de madres a las que las cosas no les han salido bien y cuyos embarazos no han llegado a buen término veo un factor que se repite en muchos casos: cuando algo va mal se busca proteger a la madre.
Sin embargo, hay casos en los que esa “protección” es en realidad una sobreprotección que puede llegar a ser negativa para la recuperación de la madre tras el durísimo momento de la pérdida.
Son muchos los médicos y los miembros de la familia que optan por tomar decisiones sin haber consultado con los verdaderamente afectados cuando se produce una muerte perinatal, en especial con la madre. Las frases que más se suelen repetir son: “es mejor que no lo vea”, “así lo superará antes” o “ahora se encuentra en estado de shock y no está en capacidad de decidir”.