
Por Amanda Rodríquez
Hace unas semanas dejé de impartir clases de preparación al parto para una famosa aseguradora conectada con un hospital privado de Madrid.
Hace más de tres años que lo vengo haciendo en diferentes centros de esta aseguradora; al principio impartía muchas clases, me servía para ir perdiendo el miedo a hablar en público, soltarme y tener ciertos ingresos más o menos fijos al mes, que al ser autónoma me venían bien…
Tenía un perfil de parejas bastante diferente al que estoy acostumbrada; salvo excepciones, las parejas con las que me encontraba no habían tratado con una matrona durante su embarazo, tenían bastante miedo al parto y no poseían información sobre el curso normal de su embarazo, sólo una carpeta con mil analíticas, ecografías y pruebas.