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Violencia obstétrica en Hospital Clínico Universitario de Valladolid

Mi bebé nació el 19 de Mayo de 2020. Justo en pleno estado de alarma, aunque para alivio mío cuando las cosas estaban mejor y empezábamos a desescalar.

En el tercer trimestre tuve diabetes gestacional, aunque en todo momento controlado con dieta, es más nunca tuve unos valores de glucosa exageradamente altos, siempre estaban dentro de lo que normalmente serían normales si no estuviera embarazada. En abril fui a una revisión del Hospital Clínico Universitario de Valladolid. La doctora E.G.G. sólo supo hacer críticas. Y su enfermera lo mismo. Llegaron a decirme que no comer cada 3 horas (cuando yo les dije que ya lo hacía, me ponía alarmas en el móvil) era como dejar al niño llorar por hambre, que si cuando naciera iba a hacer eso y esa clase de madre iba a ser. Y unas cuantas cosas más, todo esto mientras me tomaban la tensión. Claro, dio alta. Me puse muy nerviosa y no dejaba de llorar. Me dijeron que de esta no pasaba sin que me quedara diabética de por vida y que mi niño iba a nacer enorme. Que te digan eso embarazada de 8 meses mientras te toman la tensión, en plena crisis sanitaria y aprovechando que tu acompañante no puede ni entrar contigo a consulta no se lo deseo a nadie. Piensas muchas cosas. Puse una reclamación en atención al paciente ya que quería que supieran qué clase de personal trabaja en el hospital. El 18 de mayo me tocan monitores. La doctora de turno me hace una maniobra de Hamilton. Sí es cierto que primero me preguntó si me la hacía, y como yo ya estaba echando el tapón mucoso pues me dejé. Ni un comentario sobre la reclamación. Ese mismo día ingreso por la noche ya lista para dar a luz. Todo fenomenal, me decía la matrona que para ser primeriza dilataba muy bien. A los 4 ó 5 cm me ponen la epidural. Llegan las 8 de la mañana, entra la doctora en cuestión a trabajar. En plena sala de dilatación, con mi marido al lado y yo dilatada de 5 cm me da los buenos días con la reclamación en la mano. Me dice que no está de acuerdo y que es todo mentira, que tomará las medidas legales oportunas y me lo lee y va respondiendo punto por punto. Yo estaba medio drogada y no sabía cómo reaccionar. En el momento más vulnerable de una mujer, como es su parto, esa ginecóloga que tiene que ser tu apoyo y consuelo solo vino a recriminarme cosas. Mi marido la pidió que se fuera ya que no era el momento adecuado. Se fue después de decirme que por mucho que se fuera, ella y su otra compañera iba a ser la que me atendería el parto. Yo sólo hacía que llorar, lo pasé muy mal y empecé a pensar que si me atendía ella el parto, me iba a ir mal porque estaba enfadada conmigo por ponerle la reclamación. Pasada media hora de esto, y después de que todo fuese como la seda, a mi bebé empezó a bajarle el latido y casi se nos va. Empezó a entrar gente corriendo, le reanimaron, a mí me pusieron adrenalina y consiguieron devolverle el latido pero me llevaron a hacer una cesárea de urgencia. Al final no me atendió esa doctora. Mi hijo nació sano, con 3,5 kg y 51 cm. Pesos normales, nada exagerado. Mi diabetes gestacional se pasó nada más llegar a la habitación, incluso me recomendaron comer azúcar ya que estaba tirando a bajo. Nunca más vi a esa señora. El resto del equipo de enfermeros, matronas y ginecologos fue inmejorable. Me trataron bien, me enseñaron bien y fueron muy amables conmigo, ninguna queja. Quedé muy contenta de mi parto en el Clínico, no del trato de esa señora. A la semana o así de darme el alta la Gerencia de Salud me respondió con una carta a mi domicilio, que no tenía razón y que no veían un trato malo por parte de esa doctora. Me dije a mí misma que volvería a ponerle otra reclamación por lo que me hizo en el parto, pero ya no lo hice porque pienso que me va a pasar como la otra vez, encima de que la puse y tuve represalias, la encubrieron. Pero al menos quiero que las mujeres que entran a este portal como yo entré en su día a leer testimonios, sepan qué encontrarse. Siempre me quedará la duda de si ella no hubiera entrado, yo no me hubiera puesto nerviosa y mi niño no hubiera sufrido ahí dentro, a punto de morir. Cada vez que le veo las marquitas que le quedaron del cordón lo pienso. Yo no soy médica así que no sé si estaría relacionado, también sé que aunque así fuera, ellos no me lo iban a reconocer.