906

Parto Servicio Extremeño de Salud

Mi hijo nació el 14 de febrero de 2016. Fue un parto que se adelantó un mes, por lo que no lo esperaba, además de ser mi primer y único parto. Os comento esto porque fue una situación totalmente nueva y con total desconocimiento sobre la situación, lo que hace que te sientas más vulnerable y ansiosa. Llegué al hospital sobre las 2 de la madrugada, después de romper aguas cuando estaba durmiendo. Ya en ese momento mis contracciones eran muy fuertes y seguidas. Nadie me explicó nada al llegar, me conectaron a monitores sin más explicación (yo no había pasado aún por ellos). Después me metieron en una habitación en la que estuve durante horas sin ningún tipo de atención ni visita por parte del personal de ginecología. Durante este periodo de tiempo, mi dolor era tan fuerte que gritaba (como otras tantas, supongo); cuando esto ocurría, la matrona venía a la puerta y me decía cosas como: "vamos niña, que no es para tanto" "no hace falta que grites así, que yo he tenido 3 y no he tenido que ponerme así" "ahora no te podemos atender que tenemos otro parto" y cosas así, pero nadie me atendía. De hecho recuerdos momentos de lucidez pero otros en los que el dolor era tan intenso que no tengo recuerdos nítidos. Cuando pedía que, por favor, me observaran y me pusieran Epidural, la matrona me hacía ir caminando desde mi habitación a su despacho, porque ella decía que no se iba a mover hasta mi habitación, os prometo que no me podía mover del dolor, tenía que sentarme en el suelo, en mitad del pasillo, para poder seguir. Cuando llegaba me tumbaba para ver si podía ponerme la anestesia pero me decía que aún no había dilatado lo suficiente, por lo que me hacía volver caminando a mi habitación. Al fin hubo un cambio de turno, hacia las 9 de la mañana, y el matrón entrante me dijo que ya no era posible ponerme Epidural porque estaba a punto de dar a luz, por lo que mi ansiedad no hacía más que aumentar ante esta situación. Todo esto sin probar ni una gota de agua en toda la noche por supuesto, por esperar a ponerme esta anestesia. Sentí miedo, vulnerabilidad, angustia, rechazo, incomprensión y abandono, pero en ningún momento sentí que alguien me prestara atención hasta que llegó este matrón, que fue quien me dio un poco de seguridad y me trató como una mujer que está dando a luz, con lo que ello implica. Finalmente pude dar a luz con la ayuda que me prestó este matrón y la de mi pareja, pues no había ningún tipo de auxiliar. Tampoco vi a ningún ginecólogo/a durante todo este proceso. Siempre me he considerado una mujer fuerte y resistente, no me asustaba el dolor, pero después de esta experiencia estuve meses sintiéndome realmente vulnerable y débil, afectó realmente a la imagen que tenía de mí misma y a mi autoestima, empecé a plantearme si realmente era quien yo pensaba. De hecho no me he planteado tener más hijos/as. Cuando finalmente me decidí a interponer una queja ante el SES (Servicio Extremeño de Salud) por el trato recibido, su respuesta fue que debería haber interpuesto la queja primeramente ante el hospital en el periodo de un mes desde que esto sucedió, por lo que no tuve ninguna opción de denunciar esta situación. Esto hizo que mi sensación de desamparo fuera aún mayor. Me gustaría que mi experiencia sirviera para que vosotras pudierais dar visibilidad a lo que muchas mujeres tenemos que vivir durante un parto y también para que estos protocolos de quejas en estas situaciones cambien, creo que no son justos y no dan opciones reales de defensa ni de solicitar un trato digno. Me parece inaceptable que una Administración pública se niegue a atender estos casos por un simple concepto de plazos que son claramente insuficientes, pues no tienen en cuenta la situación de las mujeres que vivimos este tipo de trato que a mí me parece denigrante.