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No denuncié y me arrepiento

Este relato trata de mi segundo parto, que tuvo que ser por cesárea urgente, en el que tuve a mi hija Alba, en 2014. Me había llevado el embarazo un ginecólogo privado de La Casa de la Salud en Valencia, a la par que por la sanidad pública, ya que en mi primer embarazo había tenido amenaza de parto prematuro y quería estar bien controlada. Debido a que conforme avanzaba el embarazo mi cuello del útero tendía a acortarse, mi ginecólogo privado me puso un pesario desde la semana 22 aproximadamente.
Tras ello mi embarazo transcurrió con bastante normalidad, si bien en el tercer trimestre, tal y como me había pasado en mi primer embarazo, tuve diabetes gestacional, por lo que tenía polihidramnios y una barriga considerable.
Se acercaba la recta final del embarazo, y sobre la semana 37 mi ginecólogo privado me dijo: " habrá que ir pensando en programar el parto". Yo le respondí que quería tener a mi hija naturalmente, cuando tuviera que nacer, sin programaciones ni inducciones. Esto pareció no gustarle.
En la semana 38 acordamos que la matrona me retiraría el pesario, dada la inminencia posible del parto. La matrona me llamó para concretar día y hora, un miércoles a las once de la mañana. Yo, percatándome de posibles intenciones de provocarme el parto tras la retirada del pesario, le dije " me retiras el pesario pero si no tengo contracciones y no estoy de parto, me voy a casa y espero los días que hagan falta para que llegue por sí solo".
Ella dijo que sí , que lo entendía, y colgó. 
Al día siguiente, cuando fui, me llevó a zona de paritorios. Me retiró el pesario y me dijo " voy a ponerte un monitor, a ver si tienes contracciones".
Lo puso y no tenía ninguna, ni por supuesto estaba dilatada, por lo que le dije que me iba a casa. Entonces empezó a enfadarse y muy seria dijo " tú estás de parto y no te puedes ir a casa, si te vas me tendrás que firmar un papel, porque pones en riesgo al bebé". Yo pensaba para mis adentros que me estaba manipulando, y que probablemente había quedado con el ginecólogo el día de antes para inducirme el parto y así cobrarlo. Supongo que consideraban que ya que ellos me habían puesto el pesario ( que me vendieron ellos mismos por 300 euros, todo en negro, sin darme ningún tipo de factura, y después encima se lo quedaron ellos, probablemente para reutilizarlo con otra mujer), yo era desagradecida si no paría con ellos y me iba a la pública, pues sabían que iba a los dos lados y que en la Fé había tenido a mi primera hija con un parto vaginal sin problema.

Mi marido y yo le dijimos a la matrona que no estábamos seguros de quedarnos, no lo veíamos claro ..ella cada vez más enfadada y contrariada ( venía además de hacer una guardia de noche en el hospital público donde trabajaba, por lo que estaba cansada...) insistiéndome en lo del papel. para firmar...A mi marido finalmente le entró miedo de que me pasara algo si nos íbamos de allí, aunque mi intención era irme de allí al hospital público para que me revisaran por si era cierto ( aunque sabía que no, por prevenir).
Finalmente, por miedo, nos quedamos. Lamatrona entonces, con mucha celeridad pues ya había perdido mucho tiempo con nuestras dudas, me puso una vía y comenzó a ponerme la oxitocina...Las contracciones comenzaron, pero ella tenía prisa, no quería que se alargara mucho...Me rompió la bolsa y me incorporó en vertical para que saliera todo el líquido amniótico rápido, que salió a raudales por la gran cantidad que tenía. Tras ello, me pincharon la epidural. Aunque yo no botaba nada, la matrona me decía que ya estaba dilatada, al poco tenía que empezar a empujar . ..Pero el latido de la niña de repente iba decayendo, debilitándose . . Me hizo un tacto y dijo " el cordón no le deja salir a la niña", salió corriendo y dirigiéndose al personal dijo "hay que llevarla al quirófano y hacerle una cesárea ya". 

Entonces apareció mucha gente, yo temblaba con todo el cuerpo, me sedaron, y ya no vi nada más.
Cuando desperté estaba desorientada, preguntaba qué había pasado. Me dijeron " tu bebé ya está en la habitación". No lo pude ver hasta subir. Me explicaron que me habían tenido que hacer una cesárea por prolapso de cordón, ya que éste bajó con fuerza hacia abajo al romperme la bolsa, y no estar la niña aún bien encajada. 
La operación de la cesárea me la hizo una ginecóloga que afortunadamente estaba por ahí, ya que mi ginecólogo aún no había llegado, por lo que mi hija salvó la vida de milagro.
Cuando me trasladaron a la habitación, yo estaba en shock, no hablaba, ni siquiera miraba a la niña. Vino la matrona y con una sonrisa, como si no hubiera pasado nada, me dijo " si quieres te regalo hacerle a tu niña el agujero de los pendientes". Le pedí que se fuera.
Me percaté entonces de que en la mesita de al lado de la cama había un sobre . Me explicaron: " es tu informe de alta, es que el ginecólogo se ha tenido que ir de viaje".
Increíble. Me daban el informe de alta el mismo día que había dado a luz de cesárea sin ni siquiera visitarme. Cuando lo leí lo conprendí todo: ponía que yo había ingresado por " prolapso de cordón" , como si hubiera llegado allí al hospital con el prolapso desde mi casa. Informe firmado por el ginecólogo que me había llevado el embarazo, pero no había asistido al parto sin embargo en el informe salía que lo había hecho él...Sabían que habían hecho una gran negligencia que podía haber tenido consecuencias fatales y ya comenzaba su defensa.
Los días que estuve allí por la cesárea lloraba de rabia, hasta llegué a gritar ...todo el mundo que venía a ver a la niña decía" pero no tiene importancia, la niña está bien...". Cuando pregunté a los pediatras posibles consecuencias si hubo sufrimiento fetal, dijeron " el Apgar estaba bien, eso no quita para que de mayor pueda tener algo, a lo mejor una dislexia o algo así"... como si no tuviera importancia. 
La mañana que ya me iban a dar el alta no pude resistirlo más. Llamé a la matrona y le dije que viniera a mi habitación. Acudió. Enseñándole el informe de alta, le dije " ¿Tú crees que lo que pone aquí es verdad?" , "¿De verdad sucedieron así las cosas?" . Ella respondió que no y se echó a llorar, diciendo que lo sentía... confesó que hizo mal, que quería inducir el parto ya.. Le pregunté por qué había hecho eso, "¿Por dinero?"
Y respondió que no... Que creía que no iba a pasar... que ella * podia hacerlo"...Pero la respuesta era que sí, que el ginecólogo y ella querían cobrar ese parto, que yo no huyera a la pública.
Le hice coger papel y boli y redactar " lo que había sucedido realmente" . Tuvo que escribir lo del pesario y que después me indujo el parto y se prolapsó el cordón. Lo firmó y yo guardo el documento.
Tras irse la matrona, al rato, asombrosa e inesperadamente, apareció de repente mi ginecólogo, el que estaba de viaje .
Había vuelto rapidísimo, qué casualidad. Me preguntó qué tal estaba, a lo que respondí que mal. Le dije que sabía que lo del prolapso había sido una negligencia.Él alertado,preguntó qué cómo lo sabía, le dije que lo ponía en todos los artículos científicos de internet, que era así en un 90% de casos... " en Internet pueden poner muchas cosas, como que me ha tocado la lotería". Y se fue . Quería indagar si le iba a denunciar y con qué información contaba.
Tras llegar a casa y pasar el tiempo, yo temia que tuviera secuelas del parto. La gente, familiares y amigos, me decían que la niña parecía estar bien y no removiera el pasado, que sólo me iba a traer dolor . Pero yo sentía una rabia y pena inmensa, también enfado conmigo misma, pues yo advertía la manipulación desde el principio, pero mi estado físico y psicológico era de mucha vulnerabilidad y no pude tener el ánimo y la determinación para salir e irme de la situación.
Cuando oí en la radio la noticia de que una mujer, creo que abogada, había denunciado su caso como violencia obstétrica y le habían dado la razón desde el tribunal europeo, me eché a llorar. Porque durante años no quería reconocerme a mí misma el daño que me hicieron, me culpaba por sentirme mal al recordarlo, ya que, después de todo, " la niña estaba bien".
Yo nunca denuncié y mi caso está prescrito. Hubiera contado incluso con pruebas de lo que pasó, la confesión de la propia matrona. No denuncié y me arrepiento. 
Por mí y por las que vendrán.