Gabriella Bianco
30 Nov 2012
Hola Helena, mis ojos se han quedado leyendo varias veces tu aportación. Me duele triplemente leerte...me duele cada vez que escucho y convivo de alguna manera con las consecuencias que pueden acarrear la violencia y el abuso sexual sobre la calidad de vida de cada persona que la haya sufrido, así como tu dices. Y me duele la necesidad de comparación, de casi "competir" por el daño más grande. Te puedo asegurar que así como tu te sientes, posiblemente muy parecido es el dolor de una mujer que ha sido víctima de violencia (física, verbal o psicológica) en uno de los momentos más íntimos de su sexualidad, como lo es el parto...y aunque el dolor de cada una es "el dolor individual" y las heridas "heridas individuales", me merecen profundo respeto todas y cada una de ellas. El dolor de cada una es SU dolor y naturalmente es legítimo. Por último me duele pensar que crees en serio lo que expresas en tu última frase...quiero pensar que no fue escrita con intención de ofender a nadie. Un cálido saludo.