Doña Piedad, empiezo por pedirle disculpas, porque estoy segura que mi respuesta no va a ser tan educada, ni comedida como es habitual en mi. Como escusa le diré que llevo varios días leyendo documentación sobre violencia de género, violencia obstetrica, leyes, resoluciones judiciales e historias de partos que perfectamente podrían catalogarse como películas gore. Porque yo, al contrario que usted, antes de abrir la boca (en su caso poner por escrito su opinión) me gusta informarme. Han sido días y noches de sudores frios, de pesadillas y de lágrimas, pero es lo que tiene buscar la verdad. Es mucho más fácil seguir viviendo en los "mundos de Yupi", pero mi inteligencia y el haber traído a este mundo 2 hijas me lo impiden. Por eso al leer su comentario, he pasado de la incredulidad a la rabia y he decidido contestarla.
De todo su comentario solo se salvan 6 palabras "algo tan emocionante como el parto", todo lo demás es típico, tópico, absurdo y sin sentido. Creo que le falta una frasecilla del tipo "los trapos sucios se lavan en casa" o aun mejor "no será que se lo merecen?" para redondear el tono general.
Interpreto en su deslavazado texto, que no es cuestión de violencia (mira que somos egocéntricas) es que los pobrecitos "profesionales" que se saltaron a la torera tooodas las recomendaciones en cuanto a atención al parto, son VICTIMAS del estres. Pues yo los mando "A CAVAR ZANJAS" si no saben manejar el estres que cambien de profesión, que es muy decente y loable trabajar cavando. Pero que no me toquen la vulva doña Piedad, ni a mi ni a ninguna otra mujer.
Se ha equivocado de sitio, Porque aquí hay mujeres fuertes, sabias, inteligentes. Somos mujeres a las que nos cortaron, pusieron en peligro a nuestros hijos, nos insultaron, se subieron a nuestras tripas durante el parto, nos rajaron la tripa, se rieron de nosotras, nos dejaron inválidas, dejaron inválidos a nuestros hijos, mataron a nuestros hijos, nos provocaron estres postraumático, nos obligaron a sufrir reconstrucciones vaginales, cortaron a nuestros hijos con el bisturí, operaron sin anestesia, cerraron nuestros vientres sabiendo que el recuento de gasas era incompleto, aplastaron el cráneo de nuestros hijos por unos fórceps "didácticos", nos durmieron sin consentimiento, o simplemente por venganza..... Fíjese lo egocéntrica que soy, que hablo en 1 persona (aunque sea plural), porque cada una de esas acciones tienen para mi, cara, voz y lágrimas compartidas.
Así que antes de creer o no creer, piense y póngase en nuestra piel.
Fíjese, después de todo me ha salido mucho más educado de lo que pensaba (salía del corazón).