Me recuerda a mi primer parto. No me hizo efecto la epidural y me enteré de todo. Yo sólo decía "¡perdón, me hago caca!" y aunque el dolor y el susto no dejaban a la vergüenza ser el sentimiento prioritario, me sentía muy abochornada por cagarme. Qué pánico me daba que mi niña se les resbalara y terminara en mi caca... pero la comadrona viendo mis ojos desorbitados me dijo: "tranquila, se cagan todas pero las otras no se enteran". Y esa frase me ayudó, y me dije ¡¡¡palante, me cago en tó!!!