Está bien que se vaya sentando jurisprudencia al respecto. Pero a tenor de la situación de la damnificada por la episiotomía, se me antoja baja la cuantía de la indemnización. Francamente.
La episiotomía no puede ser una práctica rutinaria, habitual y generalizada. Las prácticas tan intrusivas como la episiotomía, no son ideadas para ser llevadas a cabo sin justificación suficiente y en un porcentaje de casos alarmante.
Están en juego los genitales de muchas mujeres, los de aquellas que la asumen con naturalidad, y los de las que no quieren ni oir hablar. Pero sobre todo, está en juego el sentido común y la capacidad de este sistema sanitario para comprender lo que se le demanda de una manera racional y coherente.
De todas las intervenciones y protocolos de los que se abusa hoy en día, el de la episiotomía y la separación de la cría, son las que me parecen más preocupantes y urgentes. Porque son de las que se derivan consecuencias más graves.
Creo que cualquier persona sensata puede comprender lo que es la excepción, el caso especial, en el que las medidas que se toman son extraordinarias. Pero que hagan creer a cada una de las mujeres que ése fue su caso, el de la excepción, el de las medidas extraordinarias, nos presenta un panorama poco creíble: el de que la mayor parte de las mujeres tienen serias dificultades para parir.
Y sinceramente, sin información en la mano para argumentar a favor o en contra, de ese hecho, que se quiere presentar como real. Creo que en caso de que realmente sea así, las autoridades sanitarias no están actuando de acuerdo a la gravedad que entraña esa posible hipótesis.
Un saludo,
Adriana