Yo sin ser gallega también soy una embarazada discriminada. En mi ciudad tenemos 2 hospitales, ninguno de los cuales aplica la estrategia. Hay clínicas privadas pero trabajan aun peor que los públicos. No tenemos equipos de partos domiciliarios, aunque vienen desde Madrid. Al final solo nos queda jugarnos el nacimiento de nuestros hijos a la ruleta de la fortuna o hacer turismo obstétrico.