Y no olvidemos que el programa asume esta atencion al parto como la propia de un hospital que atiende bien. Y asi amplifica y normaliza la violencia hacia la mujer durante el parto, de forma que todas nos creemos que es asi como se debe atender. Esta cultura de atencion al parto esta tan instaurada en nuestro pais que toleramos tranquilamente situaciones como que nos aten, no nos permitan beber, o se apoyen en nuestras piernas subidas a los estribos con el mismo desprecio del que se apoya en un mueble.