El último caso ha sido muy fuerte: una niña de 19 años con la pareja, otro muchacho joven. Es su segundo hijo, porque el primero murió a los cuatro días del parto, tras una cesárea. Le ponen oxitocina y epidural. Llega un momento en que la chica tiene miedo, se bloquea, le duele, llora, y en ese momento pide desesperada otra cesárea (que se la niegan, dicen que eso no es decisión suya).
Llaman al gine, la ponen a empujar, y se vé que aquello no va al ritmo que ellos quieren. NAce el bebé y no respira espontáneamente, tarda en llorar.
Pues bien, la señora gine LE ECHA LA BRONCA por "no haberse sabido comportar correctamente y poner en peligro la vida del bebé al no haber colaborado adecuadamente".
Me pregunto yo si a alguien que acaba de tener un accidente de coche y se acaba de llevar un susto (por comparar con otra situación límite), cuando viene la ambulancia, en vez de calmarle, le echa el sanitario semejante broncazo, en caliente.
Es que y no es cuestión de estrategias del ministerio y bla bla bla... es cuestión de ser un poquito humano, con una niña que ya lleva detrás una carga demasiado grande y que está muerta de miedo.
No me extrañaría que esa criatura tuviese depresión post parto.