Tras seguir con detalle los innumerables comentarios publicados en el facebook del programa "Baby Boom" emitido por La Sexta:
https://www.facebook.com/babyboomlasexta
Me he tomado la libertad de incluir la siguiente reflexión en el mismo que transcribo a continuación:
Cordura, reflexión y respeto.
Como ya decía en mis reflexiones en relación a este programa (enlazadas desde el blog de “El parto es nuestro” por algunas de las participantes en los debates en esta página) desde que tuve oportunidad de ver los primeros avances del programa sabía y me temía lo que iba a ocurrir. Y así ha sido.
Hace seis años el Ministerio de Sanidad y con él las Consejerías de Salud de las CCAA se embarcaron en un proceso de renovación de la atención al parto y nacimiento que contemplara las recomendaciones basadas en la mejor evidencia científica disponible así como en el respeto a las opiniones y derechos de las mujeres, recién nacidos/as y sus familias. Todo ello enmarcado y reconocido por las disposiciones legales vigentes, los protocolos y procedimientos publicados por las sociedades científicas y profesionales tanto a nivel nacional como internacional.
Como resultado hoy contamos con documentos como: “Estrategia de Atención al Parto Normal en el SNS”, “Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva el SNS”, “Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal”, “Cuidados desde el nacimiento”, etc. Todos ellos publicados por el Ministerio de Sanidad, que además están respaldados por las principales sociedades científicas y profesionales de nuestro país (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, Sociedad Española de Neonatología, Federación Española de Asociaciones de Matronas, Asociación Española de Pediatría, y un largo etcétera) así como por la IHAN-UNICEF, responsables institucionales de las CCAA y asociaciones ciudadanas relacionadas con la atención al parto, grupos de apoyo a la lactancia…. Sería muy largo relacionar a todos/as los implicados.
Diversos estudios y publicaciones científicas han dejado en los últimos años patente la brecha existente entre los diversos modelos predominantes en la atención al parto y nacimiento en los países de nuestro entorno (Europa). Ello se refleja en las cifras de intervencionismo obstétrico (partos instrumentados, cesáreas, etc.) y en la posibilidad de participación (como ejemplo el plan de parto) de las mujeres. Nuestro país se acaba situando en un contexto muy satisfactorio en cuanto a resultados (morbimortalidad materna y neonatal) pero no tanto en cuanto a satisfacción de las mujeres e intervencionismo obstétrico.
“Rasgarse las vestiduras” al contemplar el modelo de atención al parto que nos muestra el documental no lleva a ningún resultado positivo aunque respeto el derecho a hacerlo y algún jirón suelto tengo en mi propia camisa.
La transición entre el paradigma histórico de atención al parto en domicilio por parte de la “partera”, el paradigma hospitalario que tan buenos resultados ha aportado y el nuevo paradigma que trata de englobar “calidad” y “calidez”, “razón” y “corazón” no es fácil. Quizá los países del norte de Europa lo hayan asimilado con más facilidad y hace más tiempo. Pero no son iguales las circunstancias históricas y sociales para todos.
Quien aquí les escribe desde su punto de vista profesional, la neonatología, hace no mucho tiempo, no tenía la menor duda de la necesidad de comprobar la permeabilidad de coanas mediante sondaje o el lavado gástrico en el recién nacido en caso de cesárea, la comprobación de tolerancia oral con suero glucosado, las tomas de pecho con horario reglado. Y así lo hizo al nacimiento de sus dos hijos, como buen profesional que se consideraba. Ahora, evidentemente, no lo haría así.
No carguemos pues las tintas en unos profesionales que tratan de hacer su trabajo lo mejor que saben y pueden. Ni en un programa de TV que nos muestra la realidad tal y como es. Nos guste más o menos.
Todo proceso de cambio científico es “revolucionario” según Thomas Khun y a quien nos toca vivirlo nos corresponde asumir lo bueno y lo malo del anterior y del nuevo paradigma mientras coexisten. La peor parte, sin duda alguna, se la llevan las que acaban siendo “victimas” de un modelo transnochado y decadente mientras unas pocas pueden empezar a disfrutar de unas prácticas más acordes con la evidencia científica y con el respeto a sus derechos. ¡Maldita lotería!
El debate, entiendo, ha de separarse de ataques y reproches personalizados y centrarse en buscar conjuntamente soluciones rápidas y eficaces para adaptar la práctica hospitalaria de la atención al parto a lo que la ciencia y las leyes dictan. En reclamar una mayor implicación institucional que apoye abiertamente el proceso de cambio y el derecho de las mujeres a decidir cómo quieren parir y ser atendidas. En el respeto a los derechos de las mujeres, recién nacidos/as y sus familias. En proporcionar información actualizada durante el proceso de preparación al parto y nacimiento favoreciendo la elaboración de “planes de parto”. En reforzar la formación de los profesionales y la actualización de protocolos y procedimientos. En mejorar la cartera de servicios del sistema sanitario abriéndolo a opciones menos medicalizadas aprendiendo de las experiencias de otros países de nuestro entorno.
Pocos, muy pocos, están obcecados hoy día en mantener el sistema actual pero no siempre es fácil encontrar el camino adecuado ni contar con el apoyo necesario para implementar los cambios necesarios en un sistema tan estructurado y jerarquizado como es el sanitario.
Cordura, reflexión y respeto nos ayudarán a afrontar entre todos/as este proceso de cambio que ya es imparable y cuyos resultados son patentes mas allá de nuestras estrechas fronteras metales y territoriales.
Un saludo
Fco. José Pérez Ramos
Coordinador del Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal en Andalucía