No se está criminalizando nada, no se trata de que vayamos a manifestarnos delante de las farmacias o a tirarles piedras a los farmacéuticos.
El escaparate es un reflejo de la actitud de la sociedad ante la maternidad. Superficial y centrado en las apariencias, más que en lo que de verdad importa: las necesidades reales de las mujeres y los bebés, que son las necesidades de las familias. Y es triste, además de ser falso.