Anabel (unverified)
18 Abr 2012
Yo siempre digo que lo malo no es el mal parto, sino las consecuencias de ese mal parto. Quien dice "ya está tienes a tu hijo que más da como haya sido el parto" no saben lo que dicen. A mí no me pudieron robar el sentir a mi bebé mio (aunque en el hospital me hicieron creer que ella les pertenecia), su cara, su sonrisa fue lo que evitó que cometiese alguna barbaridad y cada vez que la miraba no podía dejar de sentir pena, pena por ella por no haber sabido protegerla, ella solo me tenía a mí, pero yo había cometido un error muy grave y fue confiar, confiar en las personas que iban a atender mi parto, no imaginaba ni por asomo cual era la realidad de la atención al parto. Pero me robaron muchas cosas, mi alegria de vivir fue sustituida por rabía, ira y odio, tenía a mi bebé debería haber sido la persona más feliz del mundo pero me pasaba los días luchando con las imagenes del parto que una y otra vez venian a mi cabeza, nadie sabe lo que es vivir con dos cabezas una afrontando el día a día, la otra recordando, una intentando apagar las imagenes que la otra cabeza se empeña machaconamente en enseñarte. Llegué a odiar dormir porqué solo una cabeza se dormia, las imagenes seguian allí, no descansaban no cesaban y era de noche cuando la rabía y la ira se volvian más peligrosas, así que llegó el insomnio supongo que como mecanismo de supervivencia. A mí me robaron muchos años de mi vida y a mi hija también la robaron muchas cosas,le robaron a su familia, dejó de importarme el mundo y lo que sucediese a mi alrededor y me convertí en otra persona, no mejor, no más lista, una persona totalmente indiferente a todo salvo a que mi hija fuese feliz. Hoy cuando mi hija ya ha dejado de ser un bebé, miro hacía atrás y me sorprende haber sobrevivido a todos esos años después del parto y daría algo por volver hacía atras para revivir todo ese tiempo al lado de mi hija ahora que he vuelto a tener una sola cabeza.