Cuando una persona siente que su vida ha estado en peligro (y eso es lo que sienten muchas mamás durante sus partos intervenidos), puede reaccionar de distintas maneras: puede quedarse paralizada (como creo que me pasó a mí), o por el contrario puede enfrentarse a la vida con más arrojo intentando aprovecharla al máximo, porque uno nunca sabe lo que puede ocurrir y cuando puede terminarse.
De la misma manera cuando a una madre la separan de su bebé recién nacido puede también reaccionar de varias maneras: la más común es con cautela, pues cuesta asimilar al bebé como propio, sobre todo si se lo llevaron inmediatamente nada más nacer y paso mucho tiempo hasta que lo volvieron a ver. Puede sentir indiferencia o incluso rechazo, cosa que pasa, pero que las mujeres no solemos admitir ni exteriorizar, por que es evidente que es algo que no sería comprendido por el entorno y si muy criticado. Otras madres, cuando por fin tienen a sus hijos con ellas, se aferran a ellos fuertemente (en un afán de que no se los vuelvan a “quitar”) y no los sueltan ni un minuto, actitud que tampoco es entendida ni respetada por el entorno, empeñados en coger en brazos al bebé, arrancándolo de los de su madre, para poder disfrutar ellos también del recién nacido.
Todas estas reacciones son normales, dependen de la personalidad de cada cual, de sus experiencias previas, etc. Lo sano es reaccionar, de una manera u otra, pero reaccionar y no actuar como si no hubiera pasado nada, poniendo una sonrisa falsa y negando lo sucedido. Hay tantas reacciones posibles como mujeres y lo constructivo es intentar comprender el porque de esa reacción, y no juzgar a la persona desde nuestro punto de vista, si no intentar entender el suyo poniéndonos en su piel y respetando su dolor, que siempre es válido, independientemente de lo que lo haya causado. Lo que importa es como cada cual ha vivido esa experiencia y como se haya sentido.
Lo que no es normal, y contra lo que hay que luchar, es contra aquellos que nos lo ponen tan complicado para parir, ¡con lo fácil que es! Lo que hay que criticar es que se lleven a nuestros niños sin nuestro consentimiento, que los secuestre y no nos permitan estar con ellos. A quien hay que poner a caer de un burro es a los que hacen y deshacer con nosotros y nuestros hijos sin nuestro consentimiento, en lugar de criticar como nos sentimos y lo que hacemos tras el maltrato sufrido.
Tras este tipo de experiencias cada uno reacciona como puede. Lo que hay que tratar es de que cosas como estas no pasen y punto.