Miranda, a las mujeres que pedían el voto femenino allá por el siglo XIX las llamaban radicales. A las sufragistas que se manifestaban les tiraban piedras y les llamaban marimachos, además de acusarlas de atacar los cimientos de la sociedad y poner a las familias en peligro. Sin embargo, a día de hoy todas las mujeres, TODAS, tenemos asumido el derecho al voto como algo totalmente normal.
Que viva la radicalidad, entonces. :)