susana (unverified)
13 Abr 2012

Enviado por susana (no verificado) el

In reply to by Adri (no verificado)

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En un mundo ideal, un universo paralelo, esta mujer denunciaría un delito de lesiones. No lo hará porque no sabe que puede hacerlo, y si lo sabe, no se atreverá. La sanidad y la justicia en estos casos se dan la mano para callarnos la boca. Para que prospere tal denuncia: primero tenemos que tener ganas y dinero suficiente. Crisis, inmigrante y puérpera de una cesárea traumática, a lo mejor tiene más hijos que atender y con eso te lo digo todo. Después y más importante aún, tenemos que tener pruebas. Cuando esta mujer pida su historial, que no lo hará seguramente, pero si lo hiciera, no pondrá el motivo que Pilar y todos sus compañeros saben. Pondrá la famosa falta de progresión o desproporción cefalopélvica. Seguramente hasta hayan consignado que esta mujer se resistía. No tendrá testigos fiables y sobre todo y principal, no tendrá peritos que digan la verdad, porque ¿sabes? los peritos son los mismos médicos, colegiados donde el agresor, compañeros de profesión o incluso de hospital. A lo mejor han trabajado o estudiado con él. Incluso se pueden haber tomado cafés juntos o ser el cuñado de vete a saber quien. Y si no es así, conocerá su fama de cómo se las gasta y no querrá que su nombre aparezca testificando contra el energúmeno y todo el mundo lo sepa en una capital de provincia. Es lo que hay. Los peritos médicos deben ser protegidos en su identidad para que puedan testificar con libertad. Esto me recuerda a la época de las dichosas viñetas que tanta hilaridad despertaban entre los ginecólogos. Mirando la gaceta me quedé de pasta de boniato. En una de las páginas aparecía el anuncio de la separación de un ginecólogo. Lo echaban ¿sabes por qué? Pues porque habían condenado a uno de sus compañeros por su culpa. Había testificado contra los criterios de la SEGO y el juez había dado la razón a los padres. Tuve que dejar de leer en ese momento porque en mi mente aparecieron palabras como "asociación de malechores" y "mafia" y me negaba a pensar eso de profesionales en cuyas manos está la salud de las madres y los bebés de este país.