"¿Qué es lo que hemos perdido en todos estos años? "
Pues yo creo que lo que hemos perdido es la paz, es lo peor de todo esto. La aprensión nos gana por momentos con tanta crispación, somos madres inquietas desde el momento en que sabemos del embarazo.
No podemos estar tranquilas pues a nuestras tareas laborales y exigencias habituales añadimos citas médicas que necesitamos nos confirmen que podemos seguir con el embarazo (o no), que nos den información y confianza (si tenemos suerte) y luego cuando se acerca el parto un poco de confianza en que será como deseamos que sea.
En resumidas cuentas, hemos mordido la manzana de la ciencia y del conocimiento envenenado que nos ha sacado del paraíso.
Además hay que tener en cuenta cómo afecta el caldo de cultivo social de la maternidad enferma e invisible que vivimos, con niños desquiciados que no encuentran lo que esperan: un nacimiento sin violencia, su teta, contacto físico constante con su madre (o sustitut@), maternaje suficiente...sólo encuentran separación de sus madres, límites desde los 0 años y que los dejen llorar por sistema. La maternidad no parece atractiva en un contexto así. Ni para nosotras ni para ell@s .