LEO (unverified)
31 Mar 2017
A aquellas que afirman que nunca pisarían un hospital para parir, me gustaría contarles únicamente la historia de mis abuelos, dado que las cifras de mortalidad feto-materna parece que no interesan tanto por ser frías, asépticas y no tener la carga emocional acorde a los menesteres de este blog: mi abuelo fue uno de los dos hijos que llegaron a la edad adulta (11 hermanos suyos fallecieron en la infancia o postparto inmediato y mi bisabuela también murió prematuramente a causa de una hemorragia cerebral, quien sabe si por la ruptura de un aneurisma cerebral provocado por los esfuerzos realizados en TRECE partos). Por otra parte, mis otros abuelos: 6 hermanos llegaron a la edad adulta sobre un total de 9 nacidos vivos...el resto fallecidos en el postparto o en la primera infancia. El parto, era otra época y en tiempos muy duros, fue en casa. ¿Piensan sinceramente que en un hospital medianamente acondicionado hubieran fallecido tantos niños?. ¿O es que el descenso de la mortalidad feto-materna en el periparto piensan que se ha disminuido drásticamente por una suerte de casualidades y que la ciencia médica y la gestión sanitaria no ha tenido nada que ver? ¿En serio piensan que el personal de ginecología, pediatría, matrona, anestesia se conjugan en un aquelarre diabólico para hacer cuanto más daño mejor a las mujeres que están de parto? ¿Piensan que nos gusta canalizar una vía endovenosa, administrar oxitocina, fluidos, hacer cesáreas, partos instrumentados y episiotomías porque sí? Han asumido en su muy legitima lucha contra la violencia de género la frase "violencia obstétrica" pero...¿son ustedes conscientes de la carga emocional que tiene dicha frase, que enrasa al nivel de meros matarifes y sádicos al personal sanitario de un hospital? Por supuesto que deben dignificarse las condiciones del parto, y no solo del parto, también las de cualquier ámbito de la atención sanitaria, pero estas no son ni las formas ni los modos. Si consideran que existe una "violencia obstétrica" tal cual, diseñada para dañar a las mujeres de parto, no tengo más que decir...más allá de la profunda pena y decepción que siento por haber dedicado 10 años de mi vida (pasando sueño y stress) a ser parte del brazo ejecutor de la violencia obstétrica, pues tal parece que eso es lo que somos "a priori" los profesionales que trabajamos en un hospital. Hagan gala, si quieren, de parir tranquilamente en sus casas y asumir plenamente los riesgos que ello conlleva, me parece perfecto, pero creo sinceramente que están confundiendo el enemigo contra el que luchar.